Ya lo dijimos: la decisión del Gobierno era ilegal, totalitaria, sectaria y fanática

Hoy, el Tribunal Supremo nos ha dado la razón. En una sentencia notificada hace unas pocas horas ha declarado que la exclusión de la tauromaquia del bono cultural es nula. Que el Gobierno (y el Ministerio de Cultura) actuaron ilegalmente.

Y lo hace, además, con unos argumentos de una contundencia extraordinaria. Recuerda que el Gobierno está obligado a desarrollar medidas de impulso y fomento «de los mecanismos de transmisión de los conocimientos y actividades artísticas, creativas y productivas que confluyen en las corridas de toros y el arte de lidiar». No es una opción hacerlo o no. Está obligado a ello.

Por otro lado, reconoce, como no puede ser de otra manera, que las distintas Administraciones Públicas tienen una importante autonomía para, dentro de sus competencias, perseguir los intereses públicos que tienen confiados (entre ellos, el fomento de la tauromaquia) de la forma que consideren más adecuada a su mejor satisfacción. Es decir, que tienen un amplio margen de discrecionalidad para articular el modo en que impulsan cada una de las actividades culturales. Pero esto no supone que cuando la Ley obliga específicamente a actuar positivamente en un determinado ámbito (es decir, a favorecer la tauromaquia) puedan excluirla de una actuación que pretende favorecer el conjunto de la cultura sin una «justificación singular de entidad bastante».

Por otro lado, «el Bono Cultural Joven tiene una proyección de carácter general y, además, puede considerarse cualificada en tanto se dirige a una nueva generación, o sea, mira al futuro representado por los jóvenes (…) perspectiva que es fundamental cuando de la conservación y promoción del patrimonio cultural se trata». Y ello exige que la tauromaquia reciba «un tratamiento equilibrado con la significación que tiene reconocida por el legislador».

Ya lo dijimos: la decisión del Gobierno era ilegal. El Tribunal Supremo así lo ha declarado. El bono cultural de 2023 deberá incluir la tauromaquia. Otra cosa sería prevaricar.

(Lorenzo Clemente es abogado de la Comisión Jurídica de la Fundación del Toro de Lidia)