FEria de Olivenza
Extremadura sí quiere buenos principios: una novillada para hacer afición
Carlos Domínguez, Sergio Sánchez y Tristán Barroso salen a hombros con un nobilísimo conjunto de Talavante, que lidió dos novillos excelentes, en una tarde de gran ambiente en los tendidos y con mucha gente joven
Carlos Domínguez, Tristán Barroso y Sergio Sánchez salen a hombros
Qué alegría ver tres cuartos de plaza en una novillada. Lucía Olivenza coquetísima, con sus colores sangre de toro y albero. El verde, blanco y negro de las banderillas homenajeaba a la tierra. Y de la tierra era la ganadería, de Talavante, que lidió un ... buen conjunto, con dos ejemplares de categoría, aunque con más mermada casta los últimos.
Un Cristalino de triunfo descorchó la tarde. Compuso a la verónica Carlos Domínguez y lo recibió de rodillas en los medios en el inicio de faena. Cómo embestía el enemigo. De categoría, como anunciaba su cuello. Metía la cara en la templada muleta del pacense, que lo condujo con largura. Muy puesto se le vio, aunque la gente vivió la labor con frialdad. Era el primer novillo de la tarde, el primer novillo de la feria... Hasta que los circulares invertidos y las bernadinas subieron la temperatura. Se cayó la espada, pero no importó: suya fue la puerta grande que estrenaba el serial, pues las dos orejas se embolsó. Una ovación de gala se llevó Cristalino, para el que llegaron a pedir la vuelta en el arrastre.
Bien se la hubiese merecido el segundo, al que Sergio Sánchez dio la bienvenida con un racimo de lances de rodillas. Qué máquina de embestir. Hasta en el quite a la espalda se vio aún más. Y el extremeño lo gozó. Ni las carreras en banderillas le hicieron venirse abajo. Brindó Sánchez a sus profesores de la escuela, Luis Reina y El Cartujano, y otra vez de hinojos se postró. Todas las miradas se dirigían a Bombardo, que se abría en su inmensa embestida. Un sueño. El debutante lo aprovechó con entrega y con logrados muletazos. Que no era fácil lucirse con un Bombardo tan extraordinario. Pero el chaval, en su estilo, se creció y se ganó los plácemes del público. Una espaldina improvisó en las manoletinas de cierre. ¡Y cómo se tiró a matar! Con todas las de la ley, aunque cayese algo defectuosa. Hasta el rabo le pidieron de este Bombardo, herrado con el número 1. Y un número fue.
Subió la presencia en el tercero, con el que Tristán Barroso dejó unas bonitas chicuelinas en el recibo. Hizo sonar el estribo, pero empujó en el peto. En corto las verónicas del quite. Tres destinatarios tuvo el brindis: sus dos maestros de la academia taurina de Badajoz y el diputado Ramón Ropero. Sin ser como sus hermanos anteriores, iba y venía al toque del madrileño, que planteó una faena con un prometedor corte. Dos naturales, llevándolo muy enganchadito, tuvieron sello propio. Hundidas las plantas, voló las telas con su pureza ya con el colorado chorreado más cerrado en tablas. Y por la otra mano, dibujó otra ilusionante tanda abrochada con un pase de pecho de pitón a rabo. Las manoletinas de compás semiabierto pusieron el cierre. Contrario cayó el acero ante de pasear el doble trofeo.
Feria de Olivenza
- Plaza de toros de Olivenza. Viernes, 3 de marzo de 2023. Primera de feria. Tres cuartos de entrada. Novillos de Talavante, desiguales de presencia y juego, muy nobles y buenos en conjunto; extraordinarios 1º y 2º.
- Carlos Domínguez, de negro y oro. Estocada caída (dos orejas). En el cuarto, media horrible (petición y saludos).
- Sergio Sánchez, de rosa y oro. Estocada (dos orejas con petición de rabo). En el quinto, buena estocada (petición y vuelta al ruedo).
- Tristán Barroso, de rosa y oro. Estocada contraria que asoma (dos orejas). En el sexto, media caída (oreja).
Con la triple puerta grande asegurada en el ecuador, a la novillada le mermó la raza. Aunque, sin ser ni mucho menos como el primero, también enseñaba las orejas este talavantino. Hasta que cantó la gallina y se rajó a tablas. En las cercanías se metió Domínguez, que se llevó un revolcón. Feo el navajazo final, que hizo que la pañolada no cuajara lo suficiente.
Singular el recibo de Sánchez al quinto, con hechuras de toro. La casta se le acabó ya antes de arrancar la faena, prologada con firmeza en los estatuarios. Aguantó Sergio con valor los parones del animal, de nobleza franciscana. Con tremenda facilidad metió la mano en hora final, muy despacito. Como la vuelta al ruedo.
Lo apuntado en el sexto lo ratificó Barroso en el sexto, con más teclas que tocar. Y el capitalino afincado en Badajoz se las tocó, desgranando toreramente su faena, con listeza y varios muletazos para enmarcar. Tiene madera Tristán. Como madera tuvieron los novillos de Talavante que auparon a hombros a la terna.
Extremadura sí quiere buenos principios. Una tarde de las que hacen afición en la primera de sus ferias. ¡Y en una novillada!