La triste Fiesta de los toros mortecinos
La lamentable flojera de la corrida de Juan Pedro frustra un cartel de «No hay billetes»
Cayetano, con el tercer toro
Crónica
Otro cartel de campanillas, otro «No hay billetes» y otro desastre ganadero. Vuelve Manzanares, después del gran éxito del año pasado; vuelve Cayetano, después de cinco años; confirma alternativa el peruano Joaquín Galdós. Asiste Don Juan Carlos , al que brindan los tres ... espadas. La corrida de Juan Pedro no se lidia completa sino remendada por un toro de Juan Manuel Criado. No es buen comienzo. Lo peor viene luego: la desesperante flojera y sosería de los toros impide cualquier lucimiento, cualquier emoción.
A Galdós le gustaría seguir el camino de su compatriota Roca Rey pero ha toreado bastante menos. Como novillero, no logró triunfar, en esta Plaza. El primero no humilla, mansea en el caballo; en la primera serie, ya flaquea y se para. Dándole distancia, sí acude pero con la cara alta. El trasteo es voluntarioso pero no tiene relieve. Mata con decisión. El sexto hace floja pelea en varas; se para en la muleta: otra porfía desesperante, para un público ya aburrido y harto. Galdós no tiene opción alguna y falla con la espada.
Hace un año, Manzanares puso de acuerdo a todos y logró una de las cumbres de su carrera, con un gran toro de Victoriano del Río. Es uno de los pocos diestros actuales que posee verdadera calidad y empaque natural, además de una espada casi infalible, que también le ha dado muchos éxitos. Al segundo apenas le pican (recordamos la gran vara de Tito, el día anterior), se sujeta con alfileres: al tercer muletazo, está en el suelo. Embiste mortecino, cansino. Muletea Manzanares con majestad: por muy suave y elegante que lo haga, ¿qué emoción cabe? El toro parece moribundo: ¡lamentable! Con la espada, un cañón. El cuarto, de salida, queda corto y flojo; flaquea antes de varas. La duda habitual: ¿aguantará? La respuesta habitual: no. A pesar de lo bien que torea Manzanares, la faena no puede tener interés. Y se le va la mano, en la estocada.
La carrera taurina de Cayetano es singular: por formar parte de ilustres dinastías taurinas, como su hermano Francisco; por su popularidad, fuera de los ruedos; por su parón voluntario. Al comienzo, destacaba su estética; luego, va predominando su carácter, sus apasionados arranques, heredados de su padre. La duda permanente es si posee el fondo técnico necesario, porque su aprendizaje ha sido tardío. En esta segunda etapa, volver a Las Ventas supone una apuesta importante. El tercero rompe la vara en un tercio inexistente. Muy bien Iván García, como siempre, con los palos. Cuando lo llevan a una mano, el toro ya se cae. Al tercer muletazo, está en el suelo. Escucho gritos que dan pena: «¡No puede!» (el toro). «¡Hay que venir con toros!» Y tienen razón. A la segunda, mata bien (una de sus armas). Se justifica con el quinto, un sobrero de Criado Holgado que saca nobleza. Cayetano dibuja suaves derechazos, casi al aire, como si fuera el carretón; los naturales, más embarullados. Todo, a media altura, con más estética que mando. Mata con salto (como El Juli).
Hemos visto los intentos de torear al toro inexistente: ¡vaya invent o! Para el gran público, un rollazo; para el aficionado, algo lamentable. ¡Qué triste es la Fiesta de los toros cuando los toros no tienen el mínimo de fuerza, casta y emoción! Así estamos. Las figuras seguirán exigiendo estos toros; los ganaderos, criándolos; los empresarios, comprándolos; el público, maldiciendo su negra suerte. ¿Hay algún atisbo de que esto vaya a cambiar? Yo no lo veo…
Posdata. Muchos «niños prodigio» del arte se quedan en el camino pero no todos: Yehudi Menuhin, Barenboim… El niño salmantino Marco Pérez, de nueve años, sorprende a todos los que le ven por su facilidad, desparpajo y torería, delante de las reses. (Últimamente, ha causado sensación en Arles y Ávila). Quizá se quede en eso pero, quizá, logre seguir el camino de Ponce y El Juli. La Fiesta no se acaba… mientras haya toros con la casta y fuerza imprescindibles.
Directo
Sexto toro
Canalla, número 22, negro listón axiblanco, de 556 kilos. No remonta la tarde en el último. Galdós está voluntarioso pero mata mal. Silencio.
Quinto toro
Náufrago, número 40, negro, de 548 kilos. Este es el remiendo de Juan Manuel Criado, aunque en la tablilla se equivocan. Cayetano brinda al público y comienza con ayudados a media altura con su aquel. Buena serie por el zurdo, aprovechando el potable pitón. También por el derecho acude con nobleza pero falta chispa. Se queda corto y Cayetano, a lo Paquirri, aguanta y mira al tendido. Enrazado y clásico el torero, que se muestra a gusto, quiere hacer las cosas bien y con despaciosidad y se adorna con trincherillas. Estocada tendida.
Cuarto toro
Ya está en la arena el cuarto, Longaniza, número 37, negro bragado meano, de 531 kilos. Echa las manos por delante en el capote de Manzanares. Rebrincada la embestida de este toro, que se defiende por sus mermadas fuerzas. José Maria le aplica la medicina de la media altura, pero el animal embiste a modo de babosa. Imposible el lucimiento. Cuando coge la espada, el 7 grita por la condición del animal: "¡petardo!" Para colmo, la estocada se le cae. Silencio. Pitos al toro.
Tercer toro
Nobiliario, número 49, colorado listón, de 536 kilos. Esos son los datos del tercero, que tampoco agrada a un sector. Bonito el recibo de Cayetano. Y mal tercio de varas. Ivá García cuaja un tercio de banderilas superior. El menor de los Rivera brinda al Rey Don Juan Carlos entre los plácemes. A la vera del 6, Cayetano principia con emotividad su faena, con algún pasaje ilusionante, pero diluido por la poca fortaleza y casta del toro. Pinchazo y estocada tendida. Silencio.
Segundo toro
Manzanares saluda con preciosas verónicas a Jopilargo, número 124, castaño, de 538 kilos, de justa presencia. Brotan los primeros oles. Lo cuida en varas. Buen y medido quite de Cayetano. Manzanares brinda a Don Juan Carlos, acompañado por la Infanta Doña Elena. Ovación de gala. Torero el prólogo, con bellas pinceladas. El torete, sosaina, dice poquito. El alicantino le busca la vueltas con paciente técnica, pero el público le pide que lo mate. Entierra un espadazo, pelín delantero. Ovación.
Primer toro
Sale el primero, Esbelto, número 128, colorado chorreado en verdugo, de 526 kilos. Toro de la ceremonia con opciones, con un buen pitón derecho. Faena deseosa del confirmante Galdós, que ratifica su condición de matador con una eficaz estocada, lo mejor de su correcta actuación.
Paseíllo
Hacen el paseíllo Manzanares, de sangre de toro y oro; Cayetano, de purísima y oro, y Galdós, de teja y oro.
Ambiente
Hoy es tarde de clavel y glamour, con una plaza que presenta un aspecto de tendidos a rebosar.
Sorteo
Tras el baile de corrales, fueron sorteados cinco toros de Juan Pedro Domecq y uno de Juan Manuel Criado (que será lidiado en quinto lugar y remienda la corrida titular). El toro de la ceremonia de confirmación está bautizado como Esbelto.
Cartel
¡Buenas tardes! Bienvenidos a la vigésima segunda corrida de la Feria de San Isidro. Tarde de expectación con José María Manzanares, Cayetano Rivera Ordóñez y Joaquín Galdós, que confirma la alternativa, con toros de Juan Pedro Domecq.
Previa
Otra tarde de lleno en San Isidro, al reclamo de dos nombres: José María Manzanares , autor de una gran faena en la última Beneficencia, y Cayetano Rivera Ordóñez , que regresa a Madrid tras un lustro de ausencia. Ejercerán de padrino y testigo, respectivamente, en la confirmación de alternativa del peruano Joaquín Galdós .
Para la ocasión, y después del baile de corrales, se lidiará una corrida de Juan Pedro Domecq , con un remiendo (el quinto) de Juan Manuel Criado . Este es el orden de lidia:
1. Esbelto, número 128, colorado chorreado en verdugo, de 526 kilos.
2. Jopilargo, número 124, castaño, de 538 kilos.
3. Nobiliario, número 49, colorado listón, de 536 kilos.
4. Longaniza, número 37, negro bragado meano, de 531 kilos.
5. Náufrago, número 40, negro, de 548 kilos.
6. Canalla, número 22, negro listón axiblanco, de 556 kilos.
Los sobreros son de Santiago Domecq (Infante) y El Pilar (Mirante).
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