Morante y Ginés torean: Las Ventas es una Fiesta

Los toros de Alcurrucén, serios y encastados, permiten que Morante haga primores, en su primero, cortando una oreja, y que Ginés Marín abra por segunda vez la Puerta Grande, por sus magníficos naturales al último, un toro extraordinario.

¿Es lógico que se celebre la fiesta de la Hispanidad con una corrida de toros? ¡Por supuesto! España llevó a América la Tauromaquia, junto a tantos otros elementos de nuestra cultura. Como dice Antonio Gala, la lengua y los toros son los lazos de unión básicos entre España e Hispanoamérica. Precisamente su difusión en esos países sería un factor decisivo para plantear a la Unesco la declaración de la Fiesta como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

López Simón sigue fiel a la quietud vertical. El segundo acude al picador en toriles, espera en banderillas. Lidia bien José Chacón. En el primer muletazo, hace el poste y el toro se lo lleva por delante, propinándole una fuerte paliza. Le saca algunos muletazos lentos, con más valor estoico que dominio, y mata con decisión: escasa petición. El quinto espera en banderillas, saludan Chacón y Arruga. López Simón se justifica ligando muletazos valientes y vuelve a matar bien.

A pesar de la pandemia, Ginés Marín ha sumado bastantes triunfos. En el tercero, un ‘Martinete’ que repite con ritmo, como el cante de fragua, se luce en verónicas; Morante borda las sevillanas chicuelinas y Ginés replica (bien) por el mismo palo (mal: debería haber elegido otro lance). Comienza de rodillas, la cosa no cuaja. Logra algunos buenos derechazos pero el toro pierde las manos y la faena queda a medias. Mata muy bien. (Recuerdo yo un martinete, que cantaba Rafael Romero: «Dios, con ser Dios, le temió / a la muerte que viniera / y yo, por ti, perdería / cien mil vidas que tuviera. / Y, si no es verdad, / que Dios me mande la muerte / si me la quiere mandar»). En el último, muy bien lidiado por Viotti, un toro que va a más, traza magníficos naturales, largos, de mano baja, que entusiasman: un gran toro, ‘Secretario’, y una gran faena. La estocada y la muerte espectacular del bravo toro le hacen ganar las orejas y la salida en hombros.

Y, bajo el foco, Morante . Recibe al primero meciendo el capote en unas verónicas que hacen rugir al público. Aunque el toro sale suelto, en el quite duerme los lances y gallea con garbo para llevarlo al caballo: la gente, loca. Comienza con emocionantes ayudados por alto, cargando la suerte; enseguida, le baja la mano en clásicos muletazos por los dos pitones. ‘Guitarra’ tiene genio, suena algo destemplado pero transmite seriedad e importancia a la faena. Morante está en el sitio de verdad, con riesgo, y le saca naturales que entusiasman. Estocada: ¿cómo no le van a dar la oreja? Mansea claramente de salida el cuarto: decepción por no poder ver el capote de Morante. Lo prueba con suavidad y muestra que queda cortísimo, incierto, por los dos lados. Machetea y mata sin convicción. Queda el recuerdo de lo que hizo en el primero.

Cantó Antonio Machado la «guitarra del mesón, que hoy suenas jota, / mañana petenera, / según quien llega y tañe / las empolvadas cuerdas». Este ‘Guitarra’ de Alcurrucén nos ha sonado, en manos de Morante, a precioso cante hondo. Y los naturales de Ginés Marín han puesto en pie al público. Tituló Hemingway que ‘París era una fiesta’. Cuando Morante y Ginés Marín torean así, esta plaza de Las Ventas es de verdad una fiesta: nuestra Fiesta Nacional, la fiesta de la Hispanidad.

Posdata . En el madrileño Museo de América se exhibe la exposición temporal ‘Más que un lance. La cultura del toro en América’: vemos el nacimiento de suertes taurinas propias, como el capeo a caballo peruano y la charrería mexicana. ¿Habían tenido noticia ustedes de esta exposición? Evidentemente, el Ministerio de Cultura no ha hecho el mínimo esfuerzo para difundirla. ¿Por qué será?...