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ABC Cultural

Morante de la Puebla resurge de sus propias sombras en la Feria del Pilar

Oye una bronca en su primer toro y corta una oreja al cuarto

Morante de la Puebla Fabián Simón

Ángel González Abad

La cara y la cruz, el blanco y el negro. O al revés. Morante de la Puebla en doble versión. De casi Morante a Morantazo, lo que va de quien ni está ni se le espera, al diestro comprometido y artista. Morante apenas fue ... Morante en el primero, al que no quiso ni ver. No porque fuera una fiera corrupia ante la que pegar la espantada que siempre han dado los toreros con duende, es que no quiso verlo, ni mirarlo. Y entre la bronca, muchos todavía se preguntan el porqué. Pues por gracioso, dijeron algunos. Pero con el cuarto, otro toro feote de la desigual corrida de Garcigrande , las cosas cambiaron, y, cuando nadie lo esperaba, surgieron dos chicuelinas movidas que supieron a gloria, por llenas de gracia. Pero lo mejor estaba por llegar en dos series con la derecha plenas de mando, temple, ajuste, de arte en definitiva. Sobre todo en tres muletazos, que todavía resuenan en la Misericordia. Morantazo, que ahí sí hubo un torero. La oreja le redimió de las gracias primeras.

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