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La ganadería de Torrestrella reclama su sitio

Dos toros de vuelta al ruedo en Las Rozas, donde triunfaron Bautista y Luis David

Juan Bautista, con uno de los torrrestrellas lidiados en Las Rozas Lances de Futuro

Efe

El hierro gaditano de Torrestrella lidió en Las Rozas un interesante y variado encierro, tanto en capas como en comportamiento, con dos toros de vuelta al ruedo , frente a los que destacó la elegante facilidad de Juan Bautista, y las ganas de Luis David, con un Román que no anduvo inspirado.

Codicioso resultó el primero, con el que Juan Bautista anduvo con esa corrección que a veces resulta algo fría. No lo fue tanto en esta ocasión, hilvanando una faena templada, variada, fácil y elegante. Remató su quehacer con una buena estocada entera recibiendo, abriéndose ya la puerta grande en su primero.

El encastado cuarto, al que se le concedió la vuelta al ruedo, derrochó movilidad aunque no tanta clase, y ante él el francés anduvo resolutivo aunque la faena no alcanzó las cotas de su trasteo al que abrió plaza, a pesar de también resultar premiada por partida doble. Volvió a matar recibiendo a la primera de entera desprendida.

No resultó lucido el segundo, al que le faltó entrega y fijeza, y ante el que la faena de Román no tomó altura. Tampoco tuvo humillación ni ritmo el quinto, al igual que no anduvo resolutivo ni fresco el torero valenciano, que le pegó muchos pases, sin limpieza en su gran mayoría y falto de frescura en su proceder.

Con un abundante e inspirado recibo a la verónica saludó Luis David al precioso tercero, de pelo salinero, al que se le acabó pronto la mecha después de un quite por caleserinas y gaoneras, y del explosivo y exigente inicio de faena con pases cambiados por la espalda del torero mexicano. Se atascó manejando la espada de matar.

Si bueno fue el cuarto, mejor resultó el sexto, Merengue de nombre , número 12, de pelo negro, bragado y axiblanco, también premiado con la vuelta al ruedo. Persiguió capotes y muletas con codicia, agradeciendo el trato sutil y trazo largo por abajo que le ofreció Luis David en el primer tramo de su trasteo, que a continuación derivó en un toreo menos armonioso, en el que las ganas y los tirones embrutecieron el nivel artístico. Mató a la primera con contundencia y las dos orejas pararon en sus manos.

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