El otoño avanza y continúa el baile de apoderamientos. Es época de «divorcios», casi siempre de «mutuo acuerdo». Es el caso del matador de toros Francisco José Espada y su apoderado, el también torero César Jiménez , que han decidido poner punto final ... a su vínculo profesional.
Espada, que esta temporada cortó una oreja en San Isidro y sumó nueve paseíllos (siete corridas y dos festivales), conserva «una estrecha relación personal» con Jiménez -con el que ha caminado de la mano desde 2009- y se muestra «muy agradecido al maestro, guardando respeto y admiración».
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