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ABC Cultural

Feria de Valladolid: empate a orejas con distinto sabor

El Fandi, Perera y De Justo logran un trofeo en una variada corrida de Matilla

Emilio de Justo Heras

Rosario Pérez

Se llamaba «Sosito» , pero ¡cómo fue! Un toro para gozar esta vida que es el toreo. Y El Fandi lo cuajó por momentos a placer. No ha habido en la feria un natural como el que esculpió a este ejemplar de García Jiménez. ... El granadino lo había recibido con una larga cambiada, fiel a su estilo. Buena la lidia para colocarlo en el caballo y lucido el quite por chicuelinas antes de las banderillas: hasta cuatro pares colocó entre la algarabía. El toro de la variada corrida de Matilla , que se abría en los capotes, galopaba con alegre temple. Rodilla en tierra comenzó con poderío mientras la embestida iba hasta más allá. Ya erguido, la derecha condujo el viaje. «Sosito» humillaba, aunque a veces punteaba los engaños en medio del viento. Cuando probó el pitón zurdo, las delicias de «Sosito» se mezclaban con el templado juego de muñeca de Fandila. Hubo tres naturales soberbios, pero uno resplandeció con otra luz, esa luz de lo que se hace despacio y sentido. Entre las rayas, frente al «6». Al ralentí y reunido. Aplaudían hasta los acomodadores. Y otra serie más. En el recuerdo: el natural de los naturales, aunque la gente jaleó más la mortadela de los dos molinetes que el jamón ibérico. Ahí hizo amagos de rajarse el sabroso «Sosito» y en ese instante se marchó el de Granada a por el acero. El pinchazo y el descabello enfriaron los ánimos y no se redondeó la pañolada. Claro que la misma petición, diez pañuelos arriba o abajo, hubo en los siguientes, donde el palco ya dijo «sí» donde ahora había dicho «no».

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