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ABC Cultural

La espada deja sin premio la autenticidad de Ureña en Castellón

Oreja para Ponce y El Fandi en una noble corrida de García Jiménez

Paco Ureña, en una imagen de archivo Efe

Rafael Carrión

Distraído, sin nada de fijeza salió el primero que no se dejó torear de capote. Enrique Ponce, que no brindó su faena por la falta de confianza que le generaba el toro, supo fijar la embestida en unos primeros compases con la mano derecha, dejándole ... siempre la muleta en la cara para evitar la huida. Cuando quiso torear con la izquierda, su labor bajó enteros, pues lo toreó muy al hilo y hacia fuera. Volvió sobre la derecha empleando la misma técnica de dejarle la muleta en la cara y pudo ligarle dos series en redondo. Mató de una estocada trasera y tendida y un golpe de verduguillo y le otorgaron una oreja que no pidió la mayoría. El cuarto tuvo tanta bondad como falta de transmisión en sus embestidas. Ponce intentó una faena sobre ambas manos, donde abusó de torear muy al hilo y desplazar las embestidas hacia fuera. Además prolongó sin ninguna necesidad el trasteo.

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