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Así fue la primera corrida de San Isidro en Vistalegre

Ginés Marín cuaja la faena de más importancia y corta una oreja, al igual que Álvaro Lorenzo

López Simón, en el momento de la cogida Guillermo Navarro

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Comienza el ciclo taurino de Vistalegre. Comienza la bautizada como feria de San Isidro , aunque algunos aficionados venteños se niegan a llamarla como tal. De Las Ventas a Carabanchel. Para abrir boca, se anuncia una corrida del Pilar de la que darán cuenta Alberto López Simón, Álvaro Lorenzo y Ginés Marín.

Con una triste entrada, hacen el paseíllo López Simón, de azul noche y oro; Lorenzo, de pizarra y oro, y Ginés, de grosella y oro. Suena el Himno Nacional tras unos segundos de silencio.

Abre plaza Renacuajo, de 534 kilos, colorado ojo perdiz, un toro cinqueño algo montado que mete la cara en el capote de López Simón . Se desmonteró Mambrú en banderillas. Brinda el matador su primer toro a Vicente Osuna, que se recupera de una lesión en el tobillo. En los medios, cita el torero de Barajas al toro, que repite, aunque parece flojear en la segunda tanda diestra. Cambia al pitón zurd, también con varios metros de por medio. Al tercer natural es prendido por el gemelo, sin consecuencias. Descalzo, aguanta un parón antes de un pase de pecho. Bueno este pilarico, al que continúa toreando ahora a derechas entre las palmas del público. No terminar de haber entendimiento total, aunque siempre con las ganas del torero, que acaba en las distancias cortas. Pinchazo y estocada. Saludos y aplausos a Renacuajo.

Sale Dudeto, negro mulato, con las puntas negras y más astifino que su anterior hermano. Técnico y profesional Álvaro Lorenzo con un toro al que le faltó ritmo y entrega. Valeroso, quiso provocarlo con el toque, pero apenas tuvo eco la actuación. Le resbala la espada sobre el lomo y a punto estuvo de ser prendido. En el siguiente encuentro pincha y el animal también le corta la salida. Estocada desprendida luego. Aviso. Silencio.

Renacuajo es también el nombre del serio tercero, herrado con el 108, de 552 kilos, al Ginés Marín , que maravilló el pasado fin de semana en Leganés, recibe con un bello saludo. Tras llevar Viotti al toro hasta el burladero sin un solo capotazo, Ginés brinda a Lorenzo un toro, que mete la cara en el inicio del muletazo pero tiende a soltarla en el final de muletazo. Poniendo todo ante el bruscote animal, el extremeño saca una tanda de mucho mérito. Pincha. Aviso. Silencio.

Una de cal y otra de arena para López Simón: del buen primero al violento cuarto. De feísima manera, con un seco derrote, prende a López Simón el cuarto, un toro que se mueve descompuesto. Valiente y dolorido vuel el madrileño a la cara del toro, complicado y venciéndose. Se gana el respeto del público. Mata a la primera. Es ovacionado.

Seguro y correcto Álvaro Lorenzo con el colorado quinto, de desigual embestida. La tarde no remonta. Alarga demasiado el toledano y la gente se impacienta. Cae otro aviso sin sentido antes de perfilarse para matar. Estocada y oreja, con cierta división. Muy generoso el trofeo que inaugura este marcador isidril...

Falta el último cartucho, Liebroto, de 562 kilos, con el que Ginés Marín lleva la emoción a los tendidos con ceñidas chicuelinas. Y más apretada aún la del quite tras una tafallera. Viotti destaca ahora en banderillas. Brinda a los tendidos, pero este toro tampoco ayuda nada. Al final, el que abrió plaza fue el mejor. El extremeño se muestra deseoso y convencido, por encima del toro en una faena de verdadero compromiso y seguridad. Aviso antes de la buena estocada. Oreja, esta sí de peso. Hay petición de la segunda.

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