Rivera Ordóñez reclama al Constitucional que devuelva los toros a Cataluña

Lleno en el salón central del centro cultural La Bòbila de Hospitalet durante las cuatro sesiones que han compuesto un congreso que ha supuesto un grito de rebeldía y de libertad por la Fiesta. Cultura, Tauromaquia y respeto, frente a la intolerancia de un reducido grupo de antitaurinos que han acompañado los actos con el único argumento del insulto y que sonaron como música de fondo a una improvisada sesión de toreo de salón en la calle , en la que la presencia del matador de toros catalán Serafín Marín fue secundada por decenas de jóvenes de la Escuela Taurina de Cataluña y del Curso de Aficionados prácticos, que emularon con capotes y muletas a su maestro.

Marín , en un mano a mano con el periodista de ABC Ángel González Abad, recordó con el alma rota los días de la prohibición, a la vez que se mostró con ilusión ante una temporada que considera clave tras las tardes de triunfo de la pasada temporada en Las Ventas.

Por su parte, el ganadero Adolfo Martín contagió a los aficionados su pasión por el toro bravo, y en la última sesión, el matador Diego Urdiales se abrió ante el auditorio para plasmar sus sentimientos en la búsqueda del toreo más puro.

En la clausura del Congreso, Salvador Boix expuso sus vivencias de aficionado e hizo hincapié en que la falta de emoción es una de las razones por las que el aficionado pueda dar la espalda al espectáculo que hoy se ofrece.

El presidente de la asociación organizadora, la Unión de Taurinos y Aficionados de Cataluña, Paco Píriz, animó a mantener la resistencia en Cataluña en la lucha por volver a ver toros en la Monumental de Barcelona, y a sacudirse cualquier complejo que suponga ser aficionado a los toros en esta tierra.