CRITICA DE TEATRO
«Tristana», una mujer sueña ser libre
Olivia Molina protagoniza una versión teatral de la novela de Pérez Galdós
JUAN IGNACIO GARCÍA GARZÓN
Hace ciento veinticinco años Benito Pérez Galdós dibujó a su Tristana, protagonista de la novela del mismo título, con el carácter de lo que él entendía como una mujer libre y dueña de su destino, anticipando la voz de Virginia Woolf en «Una ... habitación propia»: «Ya sé que es difícil eso de ser libre... y honrada. ¿Y de qué vive una mujer no poseyendo rentas?», dice la criatura galdosiana, que reclama su derecho y el de todas las mujeres a ser libres viviendo de sí mismas. Aún hoy, pese al trecho avanzado, en muchos lugares del mundo esas aspiraciones continúan siendo una quimera.
«Tristana» (***) Autor: Benito Pérez Galdós. Adaptación: Eduardo Galán y Sandra García. Dirección: Alberto Castrillo-Ferrer. Escenografía: Mónica Boromello. Iluminación: Nicolás Fischtel. Vestuario: Sastrería Cornejo. Intérpretes: Olivia Molina, Pere Ponce, María Pujalte y Alejandro Arestegui. Teatro Fernán Gómez. Madrid
Eduardo Galán y Sandro García han realizado una limpia y ajustada adaptación que conserva la esencia del texto novelístico y tiene cabal respiración escénica, bien desarrollada por la dirección de Alberto Castrillo-Ferrer sobre la escenografía en tres niveles diseñada por Mónica Boromello . Olivia Molina realiza un trabajo estupendo como esa huérfana Tristana acogida al amparo de un benefactor, trémula de emociones, pujante de ilusiones y firme en la amargura, una mujer luminosa a la que infortunio cercena las alas. El don Lope de Pere Ponce logra transmitir la pulsión mezquina, lasciva y miedosa que el personaje disfraza de generosidad; María Pujalte otorga peso y calidad a la criada Saturna, y Alejandro Arestegui esboza desahogadamente el papel más lineal de la obra, el del joven pintor Horacio.
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