Pepe Viyuela: «Tanto cambio te mantiene vivo y relativizas el éxito y el fracaso»

Hace doce años que «El baile» no pisa el escenario; sin embargo, al logroñés le parece «necesario reponer esta obra cada cierto tiempo pues es una imprescindible de la comedia española». La cuestión es su autor, integrante de la conocida como «La otra generación del 27» junto a Mihura, Tono, Jardiel o López Rubio: «Poco conocido y, además, aparcado durante mucho tiempo, son escritores a los que se les echa de menos y que no podemos permitirnos el lujo de olvidar. Hay que desempolvarlos». Bajo la dirección de Luis Olmos, premio MAX en dos ocasiones, el propio Viyuela comparte tablas con Susana Hernández y Carles Moreu.

En «El baile», dos amigos y una mujer de la que ambos están enamorados viven una historia de amor que dura toda la vida: «Un amor de verdad, que no está basado en la posesión sino que es puro desprendimiento». El trío de personajes refleja el paso del tiempo y «cómo nos cambia, nos estropea pero también nos hace grandes». La obra es «función de cabecera para mí. Me pregunto qué hubiera pasado si la hubiera elegido Billy Wilder...», dice el intérprete entre risas, precisamente lo que asegura que arrancará este texto que, al mismo tiempo, «nos emociona».

Viyuela interpreta a Julián, el tercero en esta pareja formada por su mejor amigo y la mujer de quien está enamorado, «pero que no lo ha elegido a él». La libertad en la interpretación le caracteriza como personaje pues «es un bicho raro, un entomólogo lleno de encanto porque, sino, no habría quién le aguantara». El actor destaca de este «cascarrabias» que ha sido «muy divertido de interpretar. Es un tipo enfrentado a circunstancias difíciles que convierte en magia. Difícilmente se puede vivir así en la realidad porque uno se volvería loco».

La variedad en su trayectoria es marca de la casa: «Es lo que uno busca en esta profesión: viajar geográfica y emocionalmente». Trabajar con compañeros diferentes, lecturas, experimentación... le llevan a confirmar que «la vida es cambio y un actor busca estar en permanente carnaval». Esta vocación desemboca en toda una filosofía de vida: «Tanto cambio te mantiene vivo, te obliga a que pienses y relativices el éxito y el fracaso». La conclusión es equilibrio: «Los buenos momentos, vivirlos intensamente, y dejar pasar los malos, porque todo cambia».