Sampedro, en el reino de la intriga

D De la libertad a la mordaza. Para resarcirse de la censura que sufrió durante el rodaje de la serie de televisión «Brigada Central» que guionizó, Juan Madrid —un clásico de la novela negra en español— ha reescrito en tres novelas los 14 guiones originales que creó, y así presenta en Getafe Negro el primero de ellos: «Brigada Central. 1. Flores, el gitano» (Ediciones B). Juan Madrid descorre así la cortina rasgada de su «vendetta»: «Sí, es una venganza —confirma a ABC el escritor malagueño—, para que mis nietos y mis lectores sepan la verdad. Una noche, finales de los años 80, en Bocaccio vino un ayudante de producción para avisarme de que la Guardia Civil había ordenado parar el rodaje de “Brigada Central”. La Dirección General de la Policía había prohibido que se utilizara cualquier símbolo de la policía española, ya fueran uniformes, coches o banderas. Al parecer, mis guiones no habían gustado, no eran políticamente correctos. El entonces director general de la Policía, José María Rodríguez Colorado, no dio permiso para utilizar uniformes, símbolos o signos policiacos. El director de la serie, Pedro Masó, querido amigo, sin decirme nada pactó con Colorado y entró en el rodaje un policía, de nombre Jesús, que corrgía de los guiones todo aquello que no le gustaba. Lo que se vio en televisión no era lo que yo escribí. Eso se llama censura». Después, en 2003, asegura Juan Madrid que la Dirección General de la Policía le prohibió de nuevo la utilización de uniformes, símbolos, edificios... policiales para la película, que él iba a dirigir, «Tánger». «Con “Brigada Central” fue el PSOE; con “Tánger”, el PP». Entonces, decidió convertir, ya sin censura, los guiones de «Brigada Central» en novela: «Brigada Central es la historia de un grupo policial liderado por un gitano, y en la que jamás pongo en solfa a la Policía. Yo he trabajado al pie del cañón como periodista de sucesos, y he visto de todo... Pero la censura es un cáncer de la democracia. Luego, están mis

novelas de Tony Romano, que me prometieron iban a rodar en televisión, y al final no. Me espetaron: «¡Es una visión comunista de la Transición!”. Me quedé... La libertad es todavía una conquista por hacer».