Un «pobre» Teatro Real aborda un 'Boris Godunov' «abaratado»

Una cita con dobles números rojos, en el calendario y el presupuesto de Real, que ha aquilatado sus cada vez más ajustadas dotaciones, y que, según confesó Mortier, pierden cifras a pasos agigantados. "En dos años hemos dejado de percibir diez millones de euros por vía de subvención. Y perderemos otros cuatro, con lo que nuestra disponibilidad se queda por debajo de teatros austríacos como los Linz o Graz y nos convierte en uno de los teatros más pobres", insistió.

Boris Godunov es "todo un reto" para el teatro que celebra los 15 años de su reapertura, que lo programó y para abordarlo en tiempos de bonanza "cuando teníamos muchísimo dinero". Con las tornas cambiadas por la crisis, el Real ofrece "el 'Boris Godunov' más barato". "Ese es el nuevo desafío y será un buen ejercicio" planteó Mortier con nitidez y sin amargura ante Johan Simons y Hartmunt Haenchen, director de escena y batuta de una producción compleja y mítica. Se presenta por primera vez en la segunda versión, la que Musorgski concluyó en 1872 y a la que se incorpora la escena de la catedral de San Basilio de la versión de 1869.

El Real alza el telón el viernes 28 de septiembre con nueve representaciones programadas de "una de las grandes obras del repertorio" y una de las partituras "más influyentes en la historia de la música, con una huella que podemos rastrear en Claude Debussy y Olivier Messiaen".

Poder y soledad

"Musorgski siempre buscó la relación entre la palabra y la música y eligió para esta ópera un poema fantástico de Pushkin sobre la culpa, el poder y la soledad" explicó Mortier. Recordó que el estreno de esta monumental partitura de cuatro horas "coincidió con la época de las grandes obras de arte, como 'Los Demonios' de Dostoievski o 'Guerra y Paz de Tolstoi".

"Es una obra muy política que plantea la tensión entre Occidente y Oriente y requiere una disposición del público que verá en ella un gran fresco histórico que nos habla del hoy" apuntó Mortier.

Basada en la homónima de Aleksandr Pushkin, retrata el inquietante drama emocional de Boris Godunov, torturado por su conciencia hasta la muerte. Transcurre en una Rusia zarista del siglo XVII minada por las luchas de poder palaciegas y el hambre del pueblo, cuya miseria y esperanza son manipuladas por predicadores, demagogos y falsos profetas. Pero concede al pueblo ruso un papel protagonista, mostrándolo capaz de alzar su voz para cambiar el devenir de la historia

Hartmut Haenchen estará en el foso para dirigir una drama lírico que también considera "genial" y compuesto con un material musical y dramático "revolucionario", dado que la censura había prohibido cualquier referencia a los zares. Su sintaxis musical es próxima a la de Wagner y su originalidad radica en "la única combinación de sonidos totalmente nueva que difiere de los contemporáneos".

El holandés Johan Simons, director del Münchner Kammerspiele de Múnich que debuta en la dirección escénica en España con 'Boris Godunov', ha optado por un gigantesco decorado que evoca lo grandilocuente arquitectura soviética,

La voz principal es la de Günther Groissböck, que debuta en el papel flanaqueado por experimentados intérpretes 'musorgskianos' como Dmitry Ulyanov (Pimen), Anatoli Kotscherga (Varlaam), Stefan Margita (príncipe Chuiski), Michael König (Grigori), Julia Gertseva (Marina), Evgeny Nikitin (Rangoni) y Andrey Popov (el Idiota).