Ángeles Blancas: «¿Ser inmortal? Yo creo que no tiene ningún sentido»

La soprano española interpreta 'El caso Makropoulos', de Leos Janácek, en la Ópera Nacional Galesa

La producción girará por distintas ciudades del Reino Unido y visitará en noviembre Brno, la ciudad checa donde se estrenó la obra en 1926

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Ángeles Blancas, en 'El caso Makropoulos' Richard Hubert Smith

Emilia Marty, protagonista de 'El caso Makropoulos', la ópera de Leos Janácek, es una célebre cantante que, gracias a un elixir creado por su padre, lleva más de trescientos años de vida durante los cuales ha vivido muchas vidas, ha viajado por toda ... Europa cambiando de nombre y ha roto corazones por el camino, con la intención de convertirse en la mejor cantante de ópera de todos los tiempos.

La soprano Ángeles Blancas no pretende tanto: ni vivir eternamente ni ser la mejor cantante de la historia. De momento, lo único que trata es de interpretar de la mejor manera y más rigurosa el personaje de Emilia Marty (o Elina Makropoulos), a la que encarnó el jueves pasado en Cardiff, en la Ópera Nacional Galesa, en una producción que girará hasta el 2 de diciembre por distintas localidades británicas: Cardiff, Llandudno, Plymouth, Birmingham, Southampton y Oxford. Posteriormente, el montaje (dirigido escénicamente por Olivia Fuchs y músicalmente por Tomás Hanus) se podrá ver en Brno, la localidad checa donde se estrenó la ópera en 1926.

Ángeles Blancas ya había encarnado antes a Emilia Marty. «La primera vez fue en 2013, en La Fenice de Venecia -cuenta la soprano-. Es un pedazo de obra; es muy intensa. Es la penúltima obra de Janácek, y musicalmente es muy intrincada; pero es muy potente y yo me lo paso muy bien, me da muchas alegrías».

La dificultad de cantar en checo

A la complicación de la partitura, se suma en este caso la dificultad de cantar en checo. «Tiene muchas consonantes extrañas y complicadas -reconoce Ángeles-, pero al mismo tiempo es un idioma que tiene una especie de magia y que te va enganchando poco a poco».

Emilia Marty tiene 337 años de vida. «Imagénese lo que ha vivido y lo que ha experimentado. En ese tiempo ella ha hecho de todo, ha sido muchas mujeres de muchos tipos, con muy distintas experiencias. En ella se unen un sentido del humor muy profundo y la ironía. Es en ocasiones muy déspota, en otras muy dulce».

«La obra -relata la soprano española- empieza en un gabinete de abogados, en el que ella está buscando el manuscrito de su padre con la fórmula del elixir porque se está muriendo y quiere volver a utlizarlo. Y a partir de ahí se desarrolla la trama; la obra de Karel Capek en la que se basa la ópera aborda la cuestión de la inmortalidad. ¿Merece el ser humano la inmortalidad? ¿Tendría algún sentido?» Ríe Ángeles Blancas, mientras ella misma se responde: «Yo creo que no; y Elina, en el último instante, decide morir».

Reconoce la soprano que la mayoría de los personajes que encarna son «bastante potentes, un poco esquizofrénicos a veces, muy extremos. La escritura de Janácek en 'El caso Makropoulos' está muy ajustada a la teatralidad de la obra. En los dos primeros actos no hay un canto digamos que lineal o más clásico; hasta su aria final, en la que ya aparece el lirismo del personaje. Hay que tener la tranquilidad del samurai: estar preparado para todo, muy tranquilo porque si no estás atento se te puede escapar. Elina es muy escurridiza».

«Soy otra persona»

Ha pasado casi una década desde que encarnó por primera vez este personaje. No son los trescientos que vive Elina, pero ¿es suficiente tiempo como para que haya modificado su visión? ¿Se aborda de una manera diferente? «Sí... -responde Ángeles Blancas-. Yo soy otra persona, me siento distinta. El tiempo, la madurez, si estás abierto y eres receptivo, te aporta muchas cosas. Vocalmente me siento también más firme, más segura; le puedo dar al personaje muchos más matices. Soy mucho más feliz haciéndola ahora que la primera vez. Entonces no me enteré de nada».

A ello se suma la producción, que es muy distinta. Del director de orquesta Tomás Hanus -que creció en el mismo barrio en el que vivió Leos Janácek- dice la soprano que es «un especialista, muy buen director además de una persona cariñosa, con el que estoy aprendiendo mucho». Llevar sus producciones por distintas ciudades británicas es una costumbre que lleva a cabo la Ópera Nacional Galesa. «No solo se puede madurar la interpretación, también musicalmente, a lo largo de los dos meses y medio que dura la gira -aunque entre función y función volveré a casa a pisar tierra-; es una gran oportunidad. Tienes tiempo para descansar, asimilar... De función a función vas creciendo».

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