Espert: «Es un regalo interpretar a Xirgu, recitando a Lorca y dirigida por Sellars»
La actriz se ha incorporado a una nueva versión de la ópera «Ainadamar» de Golijov, que se estrena este domingo en el Real, en la que recitará poemas del Diván de Tamarit del poeta
Espert: «Es un regalo interpretar a Xirgu, recitando a Lorca y dirigida por Sellars»
El Teatro Real cierra la temporada con un regalo. Un regalo para el público, pues escuchar a Nuria Espert recitar poemas de García Lorca siempre lo es. Y un regalo para la propia actriz catalana, como ella misma ha confesado esta mañana ... durante la presentación a la prensa de la ópera «Ainadamar», con música de Osvaldo Golijov y libreto de David Henry Hwang
Por una parte, porque Espert volverá a poner en sus labios las palabras de un poeta «que ha sido importantísimo en mi vida y mi carrera, que son ya una sola cosa. Es el autor que más he representado y que me ha abierto las puertas de todo el mundo». Y, por otra, al meterse en la piel de la actriz Margarita Xirgu , «una leyenda con la que tengo muchas paralelismos. Como ella, yo salí de la nada y lo construimos todo a base de preparación y estudios».
A lo largo de su carrera Espert ha interpretado muchos de los personajes encarnados antes por Xirgu, como Medea (lo hizo, con el mismo vestuario de la Xirgu, en el Festival de Mérida ), Yerma, la Celestina, Salomé... «Pero ella tenía un tesoro en su haber: un chico llamado Federico García Lorca del que descubrió textos maravillosos».
También ha supuesto para la actriz catalana uin regalo poder trabajar con Peter Sellars , «uno de los mejores directores del mundo», con el que se ha podido ver existe una gran complicidad. «A la media hora de ensayar ya estaba inmersa en su mundo», ha confesado Espert entre bromas.
Problemas de derechos
«Ainadamar» compuesta por Golijov por encargo de la Sinfónica de Bostón, tuvo su estreno operístico en la Ópera de Santa Fé en 2005 con este montaje de Sellars, al que se han añadido ahora nueve poemas pertenecientes al «Diván de Tamarit». «En esta ópera había una gran carencia Era una obra de Lorca pero que no incluía textos del poeta por problemas de derechos », ha argumentado el director artístico del Real, Gerard Mortier, muy satisfecho ante el estreno mundial de esta nueva versión. (El verano pasado se pudo ver la original en el Festival de Granada, en otro montaje).
Para el director estadounidense, que esta temporada hace doblete en el coliseo madrileño ( abrió el año con el programa doble compuesto por «Iolanta»/«Persephone» ), «Ainadamar» supone un «proyecto muy especial. Conocer a Laura García Lorca y visitar la Fundación del poeta, donde se encuentran sus escritos originales, fue uno de los momentos más especiales de mi vida», ha explicado Sellars.
A ello se ha sumado su colaboración con Nuria Espert, «de la que cada día aprendo algo nuevo sobre Lorca, un poeta que ha influido en tres generaciones no solo de España sino también de Estados Unidos, porque su poder se ha extendido a todo el mundo. Creció como poeta en Nueva York y se formó como hombre en La Habana. Y Nosotros también compartimos, para bien o para mal, las consecuencias del exilio», reflexionó el director estadounidense que volverá al Real en 2014 con la producción de «Tristán e Isolda», que estrenó hace varias temporadas en París.
De la guerra civil a la CIA en Montevideo
El componente político forma parte también del argumento de «Ainadamar». La ópera aborda la relación de Lorca y Margarita Xirgu (desdoblada en dos intérpretes, la soprano Jessica Alba, y Nuria Espert). La acción comienza en 1969 en Montevideo, donde Xirgu tiene dos alumnas represaliadas por la CIA que son torturadas «con técnicas que, mejoradas, se han empleado en Guantánamo», explica Sellars. La actriz imagina entonces cómo fueron los últimos momentos de Lorca, delatado por Ruiz Alonso, y se produce un flashback que la lleva a 1936.
Sellars ha querido destacar la obra del pintor Gronk, responsable de la escenografía, «realizada personalmente por él, no ha contado con ningún equipo». El artista ha creado para una especie de gran cuadro que se pondrá contemplar durante casi dos horas, ininterrumpidas, y en el que se aprecian influencias de corrientes artísticas de las décadas 20 y 30 del siglo XX (como el cubismo), las pinturas negras de Goya y el graffiti. «Esta ópera está hecha de música, poesía, artes visuales y coreografía», ha enfatizado Sellars.
La música: del folclore a la electrónica
En el aspecto musical, en a partitura de Golijov, compositor argentino afincado desde hace años en Estados Unidos, también se entrelazan la música más popular (flamenco) con sonidos electrónicos, pregrabados o realizados en directos, que le otorgan a la partitura una paleta de colores muy variada, que contiene melodías maravillosas, al mismo tiempo que música más intelectual y sofisticada. «Esta es una nueva y definitiva versión que está estructurada en tres imágenes: tres versiones muy diferenes del lamento que va profundizando en el dolor», ha indicado el director musical, Alejo Pérez, que destacado la complejidad del trabajo de Golijov, que ha comparado con los madrigalistas «pero él del siglo XXI» en el ensamblaje vocal.
El reparto está encabezado por la mezzosoprano Kelley O'Connor , en el papel de García Lorc; Jessica Rivera , como Margarita Xirgu, y Jesús Montoya en el de Ruiz Alonso. La ópera se puede ver en el Real hasta el 22 de julio.
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