Adiós a Malcolm Mclaren, el gran mercader del punk

Procedente del mundo de la moda y socio de Vivienne Westwood, el manager de los Sex Pistols descubrió el potencial del escándalo para promocionar el rock

Adiós a Malcolm Mclaren, el gran mercader del punk

Fallecido ayer a los 64 años en la clínica suiza en la que era tratado del cáncer que padecía, Malcolm Mclaren volverá a Londres, la ciudad a la que prendió fuego con sus escándalos, para ser enterrado. Visionario para unos y mequetrefe para otros, Mclaren ... fue el responsable de planificar la pirotecnia mediática que rodeó la efímera y sonada vida musical de los Sex Pistols, banda que patroneó como mánager y a la que convirtió en objeto de consumo para una sociedad escandalizada por sus desafíos y desafueros.

Fue en Nueva York y a comienzos de los años setenta donde McLaren, por entonces interesado en el mundo de la moda, entró en contacto con las New York Dolls, de cuyo rompedor vestuario y maquillaje fue responsable. De regreso a Londres, Maclaren ya sabía lo que era llamar la atención y, de nuevo establecido en el centro de operaciones que había montado con la modista Vivienne Westwood en el centro de la capital inglesa, perfeccionó el modelaje de lo que, hasta nuestros días, iba a ser el vestuario oficial del punk.

Aunque los ecos musicales de Nueva York ya habían llegado a Londres, Mclaren tenía la fórmula magistral y la experiencia necesaria para organizar en su propia ciudad la versión corregida y aumentada de las New York Dolls de Johnny Thunders. Fue John Lydon la pieza que le faltaba para montar los Sex Pistols y hacer historia, también extramusical, con un fenómeno que en muy pocos revitalizó el rock y proporcionó a la joven sociedad británica una herramienta para, más adelante, moverse en la era de Margaret Thatcher.

Jubileo promocional

Seguidor del situacionismo de la segunda mitad de los sesenta, fue Mclaren el responsable de organizar el infame crucero por el Támesis que, coincidiendo con el jubileo de Isabel II, sirvió para presentar el «God Save The Queen» de los Sex Pistols y que terminó, ante las cámaras, con una carga policial y varios detenidos. La fugaz y fructífera relación de Mclaren con los Sex Pistols, que no tardaron en acusarlo de quedarse con su dinero y de medrar a su costa, terminó con acusaciones que no han dejado de repetirse hasta la actualidad por boca del inagotable y cáustico John Lydon.

Malcolm Mclaren emprendió una mediocre carrera musical en solitario que, sin embargo, no ha logrado opacar su papel de pionero del escándalo como instrumento promocional aplicado al rock, estrategia de márketing sobreutilizada por la industria en décadas posteriores.

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