Edwyn Collins, lleno de vida
El músico escocés cerró el domingo en Barcelona la gira de presentación de «Understated», su último trabajo
david morán
Si hubiese que escoger un momento, uno solo, que resumiese las sensaciones que se vivieron en la tercera actuación que ofreció Edwyn Collins en Barcelona tras renacer artística y vitalmente, ése no podría ser otro que el que atravesó el ecuador del concierto y llevó ... a más de un espectador al borde las lágrimas.
Sonaba «Home Again», el canto a la vida de un hombre que a punto estuvo de perderla por culpa de un doble derrame cerebral, el escocés recitaba aquello de «empecé a buscar mi alma de nuevo» y, de pronto, se hizo el milagro en La [2] de Apolo: Collins cantaba con toda su alma, su mujer sonreía sin perder detalle desde la barra y el público levitaba propulsado por la historia de emoción y superación que arrastra el ex Orange Juice.
Imposible no emocionarse viendo a Collins, afectado de afasia y con problemas para moverse libremente, conquistando de nuevo un escenario en la más hermosa demostración de que, en efecto, querer es poder. Imposible no aplaudir su obstinada osadía a la hora de salir a escena acompañado únicamente por dos guitarristas -uno de ellos, su hijo Carwyn, reconvertido ocasionalmente en teclista- y un puñado de exquisitas y memorables canciones.
El formato, es cierto, resultó menos vistoso que en otras ocasiones, pero mucho más valiente: si en sus anteriores visitas la banda le había servido de muleta, el domingo en Barcelona tomó impulso en su estilizado y vibrante pasado -se arrancó con el «Falling And Laughing» de Orange Juice- para plantarse, sin coraza ni apenas red de seguridad, ante un deslumbrante repertorio a ratos estremecedor y a ratos burbujeante.
Venía el de Edimburgo a presentar su último trabajo, «Understated», pero al final acabó picoteando de casi toda su carrera, recuperando gemas de Orange Juice como «Blueboy», «Consolation Prize» y «Rip It Up», desarmando al público con la belleza de «Make Me Feel Again» y «Low Expectations», redoblando la intensidad y marcando el ritmo con el bastón en «A Girl Like You» y, en fin, dándonos una nueva lección de superación, elegancia y ganas de vivir.
Atributos de los que ya andaban sobradas sus canciones pero que su mera presencia en un escenario se encarga de multiplicar hasta el infinito.
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