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ABC Cultural

La tradición de Sant Jordi impone su insólita normalidad

María Dueñas y Martí Gironell cierran la jornada como los autores más vendidos

La Rambla volvió a llenarse de paseantes en busca de libros y rosas INÉS BAUCELLS

DAVID MORÁN

«No me imaginaba que esto fuera tan maravilloso», exclama Mary Beard mientras un tipo que se presenta como «arqueólogo clásico» rompe la dinámica de ejemplares de «Mujeres y poder» y «SPQR» cambiando de manos y le desliza una copia de su «Classical Art». ¿ ... Maravilloso? No, simplemente Sant Jordi, una fiesta en la que el libro se echa a la calle para estrechar lazos con los lectores y colapsar las calles de tinta, papel y letra impresa. «Es insólito ver una ciudad rindiendo homenaje de esta manera a los libros», certifica el británico Philip Pullman, otro de los «debutantes» a los que el trasiego de gente reclamando firmas y manoseando libros ha pillado por sorpresa.

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