libros
David Foenkinos: «Si no tomas decisiones, tu cuerpo lo hace por ti»
El autor de «La delicadeza» presenta «Estoy mucho mejor», una metáfora del dolor como salvación de uno mismo
David Foenkinos: «Si no tomas decisiones, tu cuerpo lo hace por ti»
David Foenkinos (1974) busca el ángulo perfecto para retratar el cielo. Recostado en un sofá, se retuerce para enmarcarlo con las paredes del patio azul. Sus ojos se entusiasman con el resultado mientras su francés volátil subraya su expresión. Es la mirada del realizador ... de «La delicadeza» (2011), la historia de amor escrita por él que dio «una segunda vida» a la historia. Tres años después, Foenkinos continúa persiguiendo amores imposibles y aludiendo al cuerpo como barrera emocional, aunque ahora sólo sea una sirena contra el vacío. Un dolor de espalda que obliga al protagonista de «Estoy mucho mejor» (Seix Barral) a replantearse su vida.
Noticias relacionadas
«Vamos a ponernos pesimistas al estilo Houellebecq», avisa el parisino mientras sus ojos le desmienten. Abrirlos es para él la única receta para distinguir lo bueno de lo mano y «tomar perspectiva». Pero cada uno afronta su vida como puede, y el escritor frustrado de su novela encara su desdicha gracias a un dolor lumbar. Sólo así, abriendo mucho los ojos, puede ver los enormes problemas que le rodean: Es «completamente sumiso» en el trabajo, tiene cuentas pendientes con sus padres, una relación familiar «insatisfecha»…
La «delicadeza» del corazón
Foenkinos también los abrió gracias a un dolor. Tenía 16 años cuando le operaron el corazón, y entonces supo que debía vivir cada instante. Porque «tu cuerpo reacciona, y si no tomas decisiones él lo hace por ti». Aunque no todo el mundo capta las alertas físicas, éstas permiten «hacer balance» de nuestras vidas y ver en qué punto estamos.
Esa situación depende en gran medida del amor, «algo muy importante» que al protagonista se le ha atragantado con la rutina. Incapaz de dejar atrás sus «fantasmas», se separa de su mujer de una manera «demasiado educada», sin el «pequeño avismo» necesario para que todo acabe. Pero, «¿cuándo se termina de verdad una historia?», se pregunta el autor.
Nadie lo sabe, quizás por eso el fin del amor -«siempre tan difícil...»- es lo que más le interesa para escribir. En sus obras lo aborda con ternura («La delicadeza» 2011) e ironía («El potencial erótico de mi mujer» (2004, Kailas) que hacen ayudan al lector a sentirse «mucho mejor».
Ver comentarios