Las Greguerías de Ramón Gómez de la Serna cobran vida

El narrador puede considerarse un periodista que escribe pies de fotos magistrales, o un escritor cuyas reflexiones crearon un género. En el fondo, es Ramón Gómez de la Serna, el escritor novecentista que, imbuido por las vanguardias de comienzos del siglo XX , ideó las Greguerías, esas sentencias ingeniosas que, de un vistazo, retratan con humor la realidad. De su muerte ha pasado medio siglo, y qué mejor manera de rendirle tributo que coloreando su arte.

Chistes, juegos de palabras, apuntes filosóficos... Todos ellos demuestran una premisa: metáfora más humor. La fórmula no falla. Sobre las líneas del madrileño flota la imaginación de David Vela que, témpera sobre papel, pone la guinda a afirmaciones irreverentes del maestro. Algunas tanto como «La morcilla es un chorizo lúgubre» . Otras más sugerentes, como «Las arpistas son mujeres metidas en jaulas de oro» ; y, la inmensa mayoría, teñidas de un tono tétrico que Vela convierte en gracioso. Lo hace a través de personajes siniestros que campan a sus anchas por el capítulo «Los muertos y las muertas» , sosteniendo cráneos, fumándose un puro en el cementerio o durmiendo la siesta eterna en la cómoda del dormitorio.

Vela, que cumple los dos requisitos necesarios (es ilustrador y humorista gráfico) para recrear la sabiduría del famoso cliente del Café de Pombo , suaviza la crudeza de la muerte, dando a sus criaturas un aire inocente, juvenil y casi entrañable. Galardonado con el World Press Cartoon, Vela supera otro desafío: retratar a Mariano José de Larra durante su suicidio , que, según Gómez de la Serna, «es un rasgo de humorismo mudo» . Sus influencias tenebrosas también llegaron de Goya, Quevedo, Valle-Inclán y Bécquer , entre otros.

De El Patito Editorial han salido otros clásicos ilustrados, como los «Cantares gallegos» , de Rosalía de Castro ; el cuento «Caperucita Roja» y el cómic «Ardalén».