Eurovisión, algo más que un festival

El certamen transforma la ciudad anfitriona para convertirla en un rincón amable donde se dan cita miles de personas de todo el mundo para celebrar su amor por el famoso concurso. Los residentes también se impregnan de esa magia que envuelve cada rincón de la ciudad, con banderas, pancartas y simbología eurovisiva allá donde mires. Kiev, la sede de este año tras el triunfo de Jamala en la pasada edición, da buen ejemplo de ello. En pleno corazón de la capital ucraniana se encuentra el Eurovillage, un lugar donde fans y locales se dan cita para disfrutar de música en directo , animación y actividades lúdicas para los más pequeños.

Por la noche, la fiesta se traslada al conocido Euroclub: una discoteca donde delegaciones, prensa y fans se reúnen para bailar los éxitos eurovisivos hasta altas horas de la madrugada. Allí, es muy común que se organicen distintos eventos y que los artistas se mezclen con los seguidores del concurso, se hagan fotos y firmen autógrafos.

Aunque el epicentro de la música está en el estadio en el que cada año se celebra el concurso. En esta ocasión, los ucranianos han elegido el Centro Internacional de Exposiciones de Kiev como sede del festival. Un edificio amplísimo que la organización ha tenido que acondicionar para poder celebrar Eurovisión. Dentro, también se encuentra la sala de prensa donde trabajan los más de dos mil periodistas acreditados este año. La press room cuenta con una amplia sala de trabajo, una sala de conferencias, comedor y una zona de relax para sobrellevar tantas horas de esfuerzo y dedicación para hacer llegar a millones de personas lo que se vive en el show de televisión más importante del mundo.