El poshumanismo visceral de Lina Meruane

Como ya lo anuncia el título, todos los personajes de estas historias tienen hambre. Un hambre clásica, que viene de la pobreza, pero también un hambre nueva, que anuncia una voracidad biológicamente distinta a la conocida por nuestra especie.

RELATOS

''Avidez'

• Autora Lina Meruane
• Editorial Páginas de Espuma
• Año 2023
• Páginas 128
• Precio 16 euros

O que, por tantos siglos de civilización, quizás ya existía pero habíamos olvidado. En estos cuentos los hijos se comen a sus madres, los perros se comen a los hijos y las madres se comen a los perros (una cadena alimenticia que va del relato 'Tan preciosa como su piel' hasta el titulado 'Hambre perra').

El instinto desarma el tinglado de la familia. Sin embargo, no es la precariedad la única causa. Algo profundo ha mutado y el sentido de la vida parece haberse alterado para siempre: la procreación, la relación entre los sexos, la maternidad, por ejemplo. Las bases esenciales que hasta ahora habían determinado el surgimiento y la persistencia del ser humano sobre la Tierra, lucen de repente anacrónicas. Solo en 'Doble de cuerpo' —junto a 'Varillazos' constituye los dos cuentos menos logrados del conjunto—, Meruane condesciende a adscribir la rareza de sus mundos al encuadre familiar de los géneros.

En este caso, de la ciencia ficción. La autora alcanza sus mejores registros cuando, como en el enigmático texto 'Función triple', la anécdota se resiste a encajar en algún patrón de realidad reconocible. O, como en 'Hojas de afeitar', quizás el más perturbador y fascinante de la obra, donde el acto cotidiano de afeitarse el cuerpo se convierte en el extraño santo y seña de unas colegialas gansteriles.

Meruane privilegia la primera persona y la usa no pocas veces en plural, lo que ya indica que la noción de subjetividad está también aquí amenazada. O captada en un proceso de transición que no desemboca en una situación más estable o reconfortante. El lenguaje, las metáforas y la sintaxis acompañan muy de cerca este 'continuum' de mutaciones. Las palabras de Meruane son los jirones de piel dejada por la serpiente que atraviesa y une estos cuentos. Es difícil recorrer sus páginas sin que una sensación constante de incomodidad, como de suciedad en los dedos, impregne al lector. Como un gesto de conciliación, tal vez, pueden leerse los últimos tres relatos, más convencionales y donde la autora confirma su talento. 'Dientes de leche' es una brevísima reescritura de El Quijote, en clave femenina; 'Sangre de narices' es un inesperado homenaje al costado más vengativo de María Luisa Bombal, y 'Ay' es un precioso relato de un sentimiento que, después del recorrido propuesto por los doce cuentos anteriores, luce como una antigualla dolorosa: el amor de una madre por su hija fallecida.