ARTE
Martí Cormand: Recibir la cultura del evento
madrid
Convertir en anécdota el evento. Es lo que concita desde la pintura Martí Cormand en su regreso a la galería Espacio Mínimo
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'Closer to Vermeer. Open palm'
En la sociedad capitalista, turismo y cultura son inseparables. Se pretende potenciar la economía a través de la espectacularización del arte: 'merchandising', experiencias inmersivas, audioguías, recorridos 3D o exposiciones 'blockbuster'. El fenómeno no dista de los macroconciertos de estrellas del rock en los que, en ... un tiempo récord, se venden todas las entradas.
Es lo que ocurrió con última exposición de Vermeer en el Rijksmuseum.Martí Cormand (Barcelona, 1970), en su segunda individual en Espacio Mínimo, toma como punto de partida este evento para profundizar en uno de sus grandes intereses: el análisis de cómo nos relacionamos con el arte y la construcción social del mismo mediante el 'display' o las estrategias de comercialización que manipulan y dirigen nuestra mirada.
A falta de haber visitado la multitudinaria muestra, Cormand decide retratarla a su manera utilizando fotos de amigos que han asistido, así como capturas rescatadas de la web del museo. El resultado es una sobria secuencia de cuadros intimistas que ponen el foco en lo que rodea el objeto de contemplación –los lienzos de Vermeer–, sin enseñarlos.
Pasamanos, cortinajes, paredes coloreadas, explicaciones frente a las imágenes, espectadores aproximándose a las pinturas, vestimentas acordes a los tonos vermerianos… En definitiva, intersticios espaciales y gestos ritualizados que desvelan un contenido ideológico subyacente. Las obras no tienen un carácter metonímico ni pretenden enseñar la rigurosidad del detalle: son fragmentos que han desplazado la temática principal para adquirir entidad propia.
Incluso una visitante inesperada en las fotos, una polilla, toma forma escultórica y luce su estampado en la pared de la entrada haciendo un guiño a la característica capa de satén presente en las mujeres de Vermeer. El título de la exposición, 'La pared amarilla', refuerza esta idea de fragmento al aludir a un famoso pasaje de Proust donde un escritor ficcional, Bergotte, muere contemplando un trozo de la obra del neerlandés 'Vista de Delft'-un pequeño muro amarillo- ejecutado con tanta intensidad y talento que su belleza se basta por sí misma.
Martí Cormand
'La pared amarilla'. Galería Espacio Mínimo. Madrid. C/ Doctor Fourquet, 17. Hasta el 11 de noviembre
La muestra se completa con otra serie, una suerte de archivo de muebles, sillas y objetos extraídos de catálogos de arte que Cormand camufla hasta resultar irreconocibles. El tema se disuelve y las formas adquieren protagonismo. Más allá del magnífico ejercicio de dominio del color, las obras juegan con los límites entre la representación del arte y la realidad, al tiempo que generan una atmósfera inquietante sin coordenadas espacio-temporales.