MÁS que palabras

Héctor Escobar, arquitectura literaria del ser humano

En 2007 fundó la editorial Eolas con un catálogo al que se ha ido incorporando la novela, pero que siempre tuvo una fuerza esencial en la poesía

Otros artículos del autor

Héctor Escobar (Palencia, 1967) aprendió las letras con el 'Capitán Trueno' y el 'Jabato'. Con catorce años quería ser Rimbaud

Dice ser feliz. Y aunque uno pudiera dudarlo, dada la incorrección política del enunciado, los hechos no hacen otra cosa que darle la razón. Su última empresa, la reconversión en San Feliz (León) de un almacén del ferrocarril de vía estrecha en librería y mini ... galería de arte, con tarima para conciertos. Juntos y revueltos la música, la literatura y la plástica, que son los afanes en los que ha ocupado sus primeros 56 años de vida.

Antes de que cayera en sus manos 'Platero y yo', que le amarró para siempre al mundo de la poesía, Héctor Escobar (Palencia, 1967) aprendió las letras (y la aventura) con el 'Capitán Trueno' y el 'Jabato'. Con catorce años quería ser Rimbaud, pero la música se llevó sus primeros afanes. Música, arte y diseño en Madrid, antes de decidir volver al otro lado de la sierra de Guadarrama. De vuelta al viejo reino, pensó que no podría haber un lugar en el mundo más habitable que una librería, así que en 1998 abrió en León la Librería Universitaria y se encerró en ella a «como un dominico en su convento».

De tanto pasar los días de turbio en turbio entre sus libros, pensó un día en dar un paso más. Y en 2007 fundó la editorial Eolas. Eolas, que en gaélico quiere decir conocimiento. Y con tales conocimientos empezó por darse el gusto de publicar a los amigos, en un círculo virtuoso que se fue haciendo cada vez más ancho hasta conseguir superar hoy en el catálogo la cifra de los 500. Ahora, antes que Crispín y que Goliath, que Taurus o que Fideo, sus héroes son sus amigos. Y sus autores. Los culpables de que el editor haya conseguido poner por encima, en su empresa, «el superávit emocional al económico».

Un catálogo, el de Eolas, en el que en los últimos años se ha ido incorporando con fuerza la novela, pero que siempre tuvo, desde los orígenes, una fuerza esencial en la poesía. Porque en la poesía, piensa el editor, se esconde todo: lo bello, lo místico, la emoción, la incertidumbre. Esa grandeza, piensa, que distingue por ejemplo a los poetas de la gente que escribe poesía.

Cada libro, con su atención personal. Texto, papel, ilustraciones… todo en serio y nada en serie

«Analógico perdido», Héctor Escobar confiesa que nunca hizo una fotocopia de un libro, ni se bajó una canción de Spotify, ni mucho menos una película pirata de Internet. Por eso, y no solo por la guarda de los derechos de autor, sigue apostando por el concierto en directo y por el libro en papel. Por eso y porque le encanta quitar los envoltorios. Porque piensa que desvirgar un libro, es decir, arrancarle los plásticos y retractilados para abrir sus páginas y aspirar su aroma, es algo parecido a gozar una experiencia religiosa. De militar en algún movimiento, el editor de Eolas militaría en el de la dispersión geográfica y los sellos pequeños.

Cada libro, con su atención personal. Texto, papel, ilustraciones… todo en serio y nada en serie. ¿Que a lo mejor no es esa la 'gran' literatura que espera el 'gran' lector? Pudiera ser. En todo caso sí que es literatura grande. Literatura que engancha y goza de una «complicidad absoluta» con sus lectores. En los actos, en los encuentros literarios, en las ferias del libro. Una editorial en el extrarradio que publica literatura un poco también en el extrarradio. Lo que se escribe y lo que se lee en cualquier población y en cualquier despoblación. La sensación, dice, de que en los grandes espacios de la España despoblada (nada de la España vacía, ¿vacía de qué?) cualquier semilla que se siembra con buen gusto termina convirtiéndose en una planta maravillosa. Y eso a pesar del enemigo público número 1 del campo, que no es la falta de escuelas, de farmacias ni de centros de salud, sino más bien la ausencia de wifi.

Magno disco-libro

Así que, en su nueva librería-estación de ferrocarril de San Feliz (con wifi), el editor piensa que se puede ser feliz compartiendo libros y artesanía, música y gastronomía, de la que por aquellos santos lugares se produce. El entusiasmo, más que la visión comercial. El ocio, si fuera necesario, por encima del negocio. Pero con autores. Y con libros. Porque la lectura, dice «es la verdadera arquitectura del ser humano». Lo último que tiene en su cabeza (ya más bien en imprenta) el editor de Eolas es un magno disco-libro titulado 'La comedia', y dedicado al infierno de Dante. Una «ópera pop» en la que han dejado su signo Ana Merino, Ana Isabel Conejo, José María Micó, Susana Barragués, Avelino Fierro o Juan Aparicio Belmonte, por decir algo. Igual no será el Fitzcarraldo de Brian Sweeny en la Amazonía, pero sí, con la misma verdad y mucha menos grandilocuencia, la confluencia feliz de natura y cultura, en el mismo corazón de León.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios