MÚSICA
El juego de Calamaro: «Soy cancelado, y orgulloso»
La estrella de rock estrena un 'podcast' en Sonora, 'Ni chivatos ni membrillos', un viaje a su mente acompañado de buena música, amigos e 'incorrección'
Edu Galán: Andrés Calamaro, trabajos de amistad encontrados
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Iniciar sesiónAndrés Calamaro va a la contra y a la contra de ir en contra, el juego de Calamaro. O el juego de defender lo que entiende cabal, fuga inmóvil y kamikaze en una sociedad a caballo de vectores digitales biliosos que ensordecen el ... disparate público. Poliédrico e inaprensible como el agua, florece ahora el gran rockero argentino en un 'podcast' de la plataforma Sonora, 'Ni chivatos ni membrillos', acompañado de 'dealers' de la palabra como Juan Manuel de Prada o Raúl del Pozo para conquistar un espacio de poesía y música al cobijo de su cipresina sombra. Tres capítulos de revelación de la mistagógica, de quien, como cantaba Leonard Cohen, intenta ser libre... A su manera, obvio.
-Hace dos años y medio, en la presentación de 'Sol y Sombra', la biografía oral de Los Rodríguez, apareció con bómber y cresta. ¿Qué es ser punk para usted?
-Me describe como una mezcla de viejo punk y Taxi Driver aturdido por el confinamiento, que confieso haber transcurrido sin miedo ni mucho que lamentar hasta el vacunatorio. El punk quedará como una variedad o influencia permanente, como el reggae, el hip-hop y el blues. Eso y la influencia que tiene en el pop y en la moda en general. Como asunto sospechado de ideológico transitan las paradojas normales en las personas, y John Lydon (quien fuera Johnny Rotten) es muy buen ejemplo de madurez política y humana.
-¿Cuán importante le es la estética? Justo, Lydon escribió en sus memorias que no hablaba de ropa, por la frivolidad, pero reconocía que no era tema menor. ¿Tiene uniforme el rock?
-El rock existe para no llevar uniformes o trabajar de 9 a 5. Eso nos prometieron. Lydon es un tesoro, icono y persona, lo que diga está bien. Puedo hablar de ropa, prefiero la ropa antes que las memorias. Prefiero los olvidos.
-Sobre el origen de Los Rodríguez, dijo: «Percibí que Ariel (Rot) había tenido una epifanía viendo a los Rolling Stones… Y me encontraba en disposición de renunciar a todo y volver a nacer en Madrid, casi con 30 de edad. Me recuerda a la película brasileña 'Macunaíma', en la que hay un bebé que nace con bigotes y 40 años». ¿Cuántas veces ha renacido?
-Sobrevivir, lo que llama 'renacer', como los gatos y sus múltiples vidas, supone una cierta búsqueda de la intensidad y curtir el cuero del envase mortal. Tampoco me tome tan en serio. Mi generación sobrevive a la nostalgia, a la hepatitis, a los hábitos y al dentista. Tampoco vivimos en linea recta. ¡Viva 'Macunaíma'!
-Hablando de punk, he llegado a escuchar que es de idiotas buscar la integridad en los artistas que uno ama.
-No sé precisar la diferencia entre arte íntegro o desintegrado. El encanto de lo auténtico, lo legítimo y los códigos de confianza son algo más personal que aparente, si bien el arte es apariencia: se ve, se escucha. A veces resuena más la falta de integridad que la integridad, es la prueba de que existe. Quizás.
-¿Quién es un ejemplo de artista íntegro?
-El Niño Jero, guitarrista. Que en paz descanse.
-Los Rodríguez podían estar dos horas discutiendo por un acorde. ¿Es una buena razón?
-Respecto a los acordes y desacuerdos, tampoco nos enzarzamos en discusiones agrias por un acorde en la guitarra, pero los músicos tenemos peculiaridades como conversar eternamente sobre detalles que, en otros gremios, no parecen sustanciales o atractivos.
-¿Por qué no merece la pena discutir?
-No merece la pena discutir y punto. Una discusión privada nos amarga el día, una reyerta verbal anónima es un disparate. Para discutir inventaron el fútbol.
'Stand up fascista'
Y, sin embargo, el 'stand up fascista', provocador concepto del maestro para alterar las cenas, las reuniones de amigos, con comentarios machistas y racistas del siglo XX («del buen machismo», añade con sorna) e intentar convencer con aquello, ver qué caras se tuercen. Esto lo cuenta en el primer capítulo de 'Ni chivatos ni membrillos', que tras la introducción de José María García y sobre un pasadoble, musita grave Calamaro la declaración de intenciones estatutaria: «Suena la campana y empieza el primer 'round' de este viaje a lo profundo de la mente. Faro moral de occidente, 'stand up fascista', espacio musical secreto y eje del pensamiento occidental y cristiano. Al mundo le falta un tornillo y haremos lo posible para atornillarlo». En otro momento, con Niño de Elche sobre los teatros como misas zombis, el rockero argentino pide «un poco más de falta de respeto. No vale tanto».
-En las personas, ¿qué es lo que más respeta? ¿La ideología le pesa para conocer?
-El respeto está sobrevalorado, hay que demostrarlo en la humildad y la cortesía. Las ideologías solemnes son una fantasía para aficionados, una virtud inversa, no existen o no importan. Una persona cabal es flexible y tiene su propio punto de vista. Luego van y le acusan de 'generar el odio'. Parece broma.
-'Ni chivatos ni membrillos', se llama el 'podcast'.
-El nombre es inspiración de mi compadre Alberto Vacas; creo que la primera vez que reímos comentábamos el filme 'El gran Lebowski', porque a ninguno de los dos nos gusta demasiado. A grandes rasgos, el 'podcast' es el repudio por los delatores, nuestro grano de arena en las batallas culturales perdidas. Son tres episodios de música y conversación con pensadores de la talla de Niño de Elche, Vicente Zabala de la Serna y De Prada, salpicadas de música, sonido, décimas espinelas e intervenciones de leyendas de la radio.
-¿Cómo surgió?
-Edu Galán y Toni Garrido me tienen demasiada confianza. Lo hablamos hace un año, conmigo confinado en mi residencia suburbana de Buenos Aires. Sentí que llevaba tiempo esperando una propuesta de esta naturaleza. Luego, como siempre, intenté suspender todo en el ultimo momento.
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-Hace 33 años se fio también de su compinche Ariel Rot y aterrizó desde Argentina. ¿Fue la mejor decisión de su vida?
-Somos víctimas de nuestras buenas y malas decisiones. Venir a Madrid fue una gran decisión, muy buena; venir y empezar de cero con los chicos. El año pasado me dieron la medalla que Madrid ofrece a sus instituciones honorables. En Buenos Aires me premian todos los días con afecto espontáneo y amistad generosa. Soy porteño, volver a Buenos Aires también es una decisión importante. Las dos orillas.
-Rot tuvo la visión de ser unos 'Tequila reposados', y quería contar con usted. Qué bonito es que alguien confíe tanto en su talento, ¿no?
-Es curioso que me pregunte eso, vivo preguntándome qué escucharon en mí, o qué vieron, para confiarme papeles de importancia en la música profesional. Lo mismo en grabaciones como cantando. Sigo sin entender por qué me dieron mis primeras oportunidades con 15 y 16 años. No termino de descifrar el porqué de tanta confianza en la música y el cante, me han convocado leyendas y genios de la música. Ariel buscaba un compañero para un proyecto musical y vital, encontró un camarada y un amigo.
-Seis años de Los Rodríguez que debieron ser 12, en 'El Rancho', su piso en Chamberí.
-Seis años es mucho tiempo. 'El Rancho' de Chamberí tampoco estaba enclavado en un barrio dinámico y joven. Salíamos a la calle después de medianoche y llegábamos a los bares donde nos recibían bien. No nos pesaba nada. Peor es trabajar.
-¿Cómo mira a aquellos años locos, a los amigos ausentes?
-Los años locos estaban empezando apenas. Amigos ausentes son cada vez más, ayer falleció Enrique Symns. Si somos bohemios, estamos preparados para perderlo todo, no es un drama y lo solventamos bien, tiene el atractivo de la cacería y la supervivencia. Los Rodríguez tampoco éramos Pink Floyd, no ganamos dinero; no fuera de lo indispensable para deudas y comprar ropa o instrumentos mejores. No fuimos ambiciosos, quizás nos faltó eso.
-¿Quiénes son sus maestros literarios para componer?
-No tengo disciplina para volcar influencias en letra y música, me falta método. Trato de leer, claro. A veces tengo apenas tiempo para hojear los periódicos. Me gusta leer con luz natural, un hábito que acota bastante los horarios de lectura. Tampoco leo mientras estoy cantando o en grabaciones. Lector de día.
-Lo de Dylan como Nobel, ¿qué? El mundo siguió, por otro lado, como con casi todas las polémicas…
-Extraordinario. Un artista de rock ganando el Nobel, uno que ni se molesta en viajar a Suecia para recibir el cheque. Pobre mundo, se apunta a las polémicas sin elegirlas correctamente.
-En una Tercera reciente en ABC, escribió: «La segunda Movida Madrileña queda instalada. Madrid es la capital cultural del mundo en este y en todos los idiomas».
-En estos últimos años, se ha consagrado como gran ciudad europea, todo el mundo lo sabe. Miles de trabajadores vienen a Madrid aspirando al ascenso social, a las clases medias, a vivir dignamente y acceder a calzado deportivo, una vivienda y un futuro para sus hijos. Madrid bulle dinámica y cosmopolita, sin perder su cadencia cultural y popular. Parece broma pero un buen par de tenis son inaccesibles en el tercer mundo. El problema en Madrid es que hay demasiada gente y pocos madrileños.
-Por cierto, con Maradona se entendían en esa clave de 'ni chivatos ni membrillos', de abominación de «los soplones y lameculos». ¿En España comprendemos su magnitud?
-Fue una pérdida honorable, celebro tanto haberle conocido. En España sí se reconoce la magnitud de Maradona, la excelencia personal y artística que tuvo, claro que sí. En el mundo entero. Diego era el 'anti-membrillo' número uno del mundo, 'anti-careta' decimos nosotros.
-¿Cómo ve su Argentina?
-Buenos Aires vuelve a ser la capital del rock en este idioma, la ciudad de la furia. Argentina es peligrosa y humilde, ya no distinguimos el cielo del infierno de tanto hacer equilibrio. Lo que no nos mata nos hace más fuertes. Un pueblo en llamas que soporta mucho. Soy porteño, Buenos Aires tiene un atractivo poderoso, la París marginal de América Latina.
-¿78, 86 o 2022? ¿Qué Mundial celebró más? O no le genera tanto...
-El fútbol no me genera emociones fuertes. Tengo otra clase de relación con el fútbol, mas cercana. Nunca celebré exageradamente las victorias, no obstante, lo cual, me gusta mucho.
En el monólogo de ese primer 'round' como 'podcaster', que incluye alguna cuña de coña («Esto no es Spotify querido Crazy Horse», en referencia a Neil Young y su huida de la famosa plataforma sueca), Calamaro subraya poético-cómicamente sus pretensiones: «Intentaremos ser la última barricada del bien común y la 'grande cultura'. La trinchera de las cosas buenas. Alumbrar donde las sombras amenazan el beneficio de la duda, la libertad plena y las mejores cosas. La dignidad cultural está en peligro, amenazados por una platea miedosa de inquisidores blandos pero llenos de razones vacuas. Patearemos el tablero de la posverdad con elegancia. Con música secreta [...] Hagamos patria juntos, recuperemos la libertad amenazada antes de perderla. Si la vergüenza se pierde jamás se vuelve a encontrar». Y justo al término suena la percusión de salsa dura, setentera, de 'Te están buscando', con Willie Colón, Héctor Lavoe, Markolino Diamond, la gente de Fania Records...
-Cuando vino aquí, conoció una España rockera, y ahora ha colaborado con C. Tangana en una exitosa copla urbana. ¿Entiende nuestro país musical hoy?
-Me parece que el 'mainstream' estatal no soporta ver brillar a sus artistas pop, solo acepta temerosos artistas progresistas, aptos para fogonear el cambio climático, la pandemia y la tercera guerra mundial. Prefieren cocineros tibios a rockeros calientes. Los distintos. ¡No es una novedad decir que el 'mainstream' es duro! Ahora hay otras opciones, nuevas formas de hacer las cosas. El rock no siempre va a presentarse con chaquetas de cuero y cliché, ahora es un caballo de Troya. Nuevos artistas que no son rockeros para la opinión publica ni 'publicada' pero saben que el rock y el hip hop pavimentaron camino. Un señor que se ajusta a esto es Kase O. España debería exportarlo mas a menudo.
-¿Está el rock en peligro de muerte o es una actitud?
-El rock no es una caricatura de sí, se asimila y fue asimilado por otras corrientes. Del laberinto del rock se sale por arriba. Inventamos las giras buenas y decir la verdad con sen- tido del humor, aplicamos surrealismo y buen corazón, leímos libros, fuimos al cine, adoramos a los que nos preceden y a las guitarras eléctricas. No hay un solo artista actual que no haya bebido del rock. Si lo hubiera, aburre.
-¿Se considera más moderno o anti-moderno?
-Nunca lo había pensado. Me considero un hombre moderno nacido en un ámbito de vanguardia cultural, en los años sesenta. 'Natural born'.
-ABC cumple 120 añazos. Lee gusta leer prensa, ¿verdad?
-Leo papel o pantallas eligiendo las editoriales de autor. Tener un bar y un quiosco de prensa a mano es una suerte, otrora mas frecuente. El 'delivery' y la telefonía tecnológica atentaron contra la santa costumbre de empezar el día desayunando con lecturas. Y la innombrable pandemia que ahora intentamos olvidar a toda costa. Juan Manuel de Prada y Alfonso Ussía (hijo) son mis lecturas preferidas, de lujo ibérico.
-En nuestro periódico ha publicado textos muy celebrados por los lectores (y por los lectores de la propia redacción). ¿Siente el impacto de sus escritos? ¿Sería columnista?
-Escribir Terceras en ABC es un privilegio, mi mentor en el periódico fue Luis Ventoso (exdirector de ABC Cultural), que ya me había convidado con una página semanal en 'Cambio 16'. 'Sumisión', 'El Reich Animalista' y 'La Izquierda de los Papanatas' fueron mis cumbres en el periodismo impreso. Me gustaría ser columnista pero no tengo suficiente oficio ni pericia. No me consta el impacto de mis textos publicados, no me llegan comentarios positivos. Solo se habla de mí cuando son malas noticias mayormente inventadas. Soy cancelado, y orgulloso.
-Le escuché un anhelo... «Me gustaría volver a Tablada. Tres o cuatro personas, nada más». Tablada 25 era su local con Los Rodríguez.
-No echo de menos, no soy partidario de la nostalgia, le huyo como a una maldición. Ensayar en un local, para desarrollar música próxima, es positivo y necesario. Ahora ensayamos solo antes de las giras, frecuentar el local de ensayo todo el año es un privilegio para unos pocos que se sufragan el local y tienen tiempo para ensayar como quien va a cazar perdices con perdigones. Cuando alquilé locales de ensayo por varios meses… no fui nunca.
-Una generación en España, la suya, que alumbró a Extremoduro, Antonio Vega, Héroes del Silencio y Los Planetas, escribió también en ABC.
-Casi formamos parte de una generación relevante -y tenaz- en los noventa. Jota, Jaime, Robe, Jorge Ilegal, Enrique, Antonio, Josele, Corcobado, Ángel Altolaguirre, Fermín, Turmix, Nixon. La mejor movida. Reyes sin corona. No sé si el Loco computa como artista de los noventa, ya que trasciende las décadas, como Alaska. Tampoco somos tan diversos, no de la diversidad como se entiende ahora afortunadamente.
-Musicalmente, tras 'Dios los cría' y el Extra Brut de 'Honestidad Brutal', ¿qué le pide el cuerpo crear?
-Estamos de gira desde el año pasado; entonces se frena la construcción de un álbum. Tengo abiertos frentes temáticos y una apuesta estilista pero prefiero no comentar de qué trata. No me ilusiona demasiado grabar un disco nuevo ahora mismo pero hago grabaciones todos los meses, el viernes pasado grabé con Cachorro López, mi camarada desde Los Abuelos de la Nada. Una sesión vocal exigente que resultó optima. Días atrás terminamos un disco en directo con eje en el Razzmatazz de Barcelona, en 2010.
-¿Quiso alguna vez salirse de sí para recorrer nuevos caminos artísticos? ¿Ha tenido que destruir algún corsé auto impuesto o siempre fluyó?
-Las tres cosas. Renunciar al 'alter ego' que canta las canciones preferidas por el público que amablemente me sigue. Lo intenté, no sin éxito, y durante interesantes períodos de tiempo. Los obstáculos de bloqueo y cansancio están en la naturaleza de la música, en la dinámica profesional, Pop o como mejor se nombre al oficio remunerado. Intento ser un intérprete creativo y eficiente. ¡Viva la música!
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