El gran Caruso

Caruso fue el tenor más importante en el primer tercio del siglo XX: preferido por Toscanini, actuó en el Metropolitan más de 850 veces. También, en esos años, el cantante más popular, con un repertorio de 500 canciones. Y el pionero de la música grabada: el 8 de abril de 1904, grabó la 'Matinata' de Leoncavallo, la primera canción compuesta para eso. Fue el primero en vender un millón de discos: del 'Vesti la giubba' de 'Pagliacci'.

Robert de Niro encarnaría bien a este italiano de arrolladora simpatía e infinitas anécdotas: hasta los 28 años no se pudo comprar un par de zapatos. La fama le permitió vestir bien, bañarse dos veces al día, coleccionar amuletos, sellos, relojes, monedas, tabaqueras. En la cumbre de su popularidad, le llevaron a la cárcel por tocarle el trasero a una señora, en el Zoo de Nueva York. Ayudó a los soldados norteamericanos, en la Primera Guerra Mundial. Contrató a Edward Bernays, el pionero de las relaciones públicas.

En 1986, Lucio Dalla le imaginó en Sorrento, en sus últimos días, dando clases de canto a una joven. Los pescadores que volvían, en sus barcas, le escuchaban cantar: «Te quiero tanto, tanto, ¿sabes?, ahora es una cadena que funde la sangre en las venas, ¿sabes?». Ha sido un gran éxito de Pavarotti. Las grabaciones remasterizadas nos permiten seguir volviendo a Sorrento o llorar por el 'ingrato corazón' de Caterina con la voz única del gran Caruso.