ARQUITECTURA
Activismo de elite en la Bienal de Arquitectura de Venecia 2023
Mayoría de edad de una cita que vuelve a perder la oportunidad de generar reflexión para entregarse a los discursos buenrrollistas que limpian conciencias en el Primer Mundo
Lea la crítica de la Bienal de Arte de Venecia de 2022
Venecia
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónHace ya más de una década que la Bienal de Arquitectura de Venecia ha decidido, paradójicamente, alejarse de la arquitectura para convertirse en una serie de 'performances', en un despliegue de banalidades nada inocentes que cada dos años celebra la tendencia ideológica mejor legitimada ... en ese momento. Una glorificada e intelectualizada puesta en escena de la vacuidad de la cultura oficial alérgica a abrir reflexiones con cualquier viso de autocrítica y realismo.
-
Un viaje por las arquitecturas que nos alimentan
Natividad Pulido -
¿Qué es la ciudad de los quince minutos?
Fredy Massad
El título de esta edición es 'El laboratorio del futuro', un concepto rimbombante, pero hueco y ajado, por eso no sorprende que la propuesta de Lesley Lokko se evidencie volátil e inconsistente. Su planteamiento navega por todos los clichés ideológicos del momento, a los que hay que atribuir la elección de su figura como directora de esta edición. Lokko, arquitecta de formación y que ha dedicado una gran parte de su trayectoria profesional a escribir 'best-sellers' de temática romántica, no logra articular con claridad ideas que hablen más allá de lo previsible. Por ejemplo, propone la idea de «laboratorio de futuro» cuando en realidad está apostando por una arquitectura material y formalmente arcaizante.
Maraña de personas
Habla de situar por primera vez en el foco África y su diáspora, «esa cultura fluida y enmarañada de personas de descendencia africana que hoy está extendida por el globo», para combatir la narrativa hasta ahora predominante; sin embargo, Lokko, nacida en Escocia, incurre en el mismo reduccionismo contra el que dice reaccionar, por entender a África como un todo y contemplando el problema desde una posición elitista, construyendo solamente una imagen fija y un monólogo cuyo receptor –como ya viene sucediendo en todas las recientes ediciones 'concienciadas' de la Bienal de Arquitectura de Venecia– es el Primer Mundo.
La impresión es que la máxima preocupación de Lokko es recalcar cuotas y porcentajes. Resalta, por ejemplo, que el 50% de los participantes de esta edición viven en África o son de origen africano; que hay un equilibrio de género al 50% y que el promedio de edad de los participantes es de 43 años (37 en la sección Curator's Special Projects). Un uso de cifras que acaba siendo estérilmente descriptivo.
España pierde por enésima vez la oportunidad de hacer una presentación que refleje el valor de su arquitectura, arquitectos y teóricos. De nuevo elige no mirar directamente a la disciplina (en otras palabras, elige no comprometerse), sino embarullarse con conceptualizaciones. Esta vez atiende a la producción alimentaria bajo el título 'FOODSCAPES'. Al comer, digerimos territorios. Con ella, sus comisarios, Eduardo Castillo-Vinuesa y Manuel Ocaña, quieren hablar de las cadenas de producción y sus infraestructuras.
El tema y su explicación pecan de efectismo, en consonancia con la producción para-intelectual muy en boga en las universidades estadounidenses, donde se invierte gran cantidad de tiempo y esfuerzo en llevar temas tangenciales al centro de la discusión. Algo que todavía resulta más absurdo en un país como España, que se jacta con toda razón de la calidad de sus profesionales y sus obras y tiene sin duda la capacidad de plantear discusiones intelectuales de solidez que no deban disfrazarse de sofisticada vanguardia.
Absurdamente pretencioso
Lo único rescatable que alberga el pabellón son las fotos de Pedro Pegenaute ilustrando las propuestas presentadas dentro de la sección 'Total Recipes': Un archivo en formato de recetario, imágenes que sí sugieren y proporcionan lecturas que abren puntos de interés dentro del tema.
Sin embargo, la otra parte de 'FOODSCAPES', el «festín audiovisual compuesto por cinco cortometrajes, cada uno adentrándose en una capa distinta del proceso agrologístico», realizados por equipos de arquitectos y cineastas, resulta forzado y, a fuerza de querer resultar osado, acaba siendo absurdamente pretencioso, como plantean los títulos de los episodios «Ca.Ca Carnaval Caníbal» y «Chop Chop Chop», el uno descrito en un fragmento de su sinopsis como «una inteligencia heterogénea que desborda cualquier creencia de excepcionalismo humano», y el otro como «ceebu jen, arroz chaufa, paella. Tres platos de arroz nos invitan a pensar las historias de colonizaciones, de migraciones y sincretismos».
'FOODSCAPES' tiene también el defecto de no ser original, ya que en él se advierte el regusto (tal vez demasiado literal) de la fallida propuesta que hizo tres años Rem Koolhaas con 'Countryside. The Future', exposición con la que comparte el dudoso mérito de la impostura intelectual.
No por importante, sino por haberse atrevido a explotar –instrumentalizándola políticamente– una delicada y compleja situación de marginalidad social, hay que señalar la propuesta del Institut Ramon Llull que se presenta dentro de la sección Eventos Colaterales de la Bienal. El Pabellón de Cataluña, comisariado por LEVE, en colaboración con Top Manta, habla de los límites a los que es capaz de llegar el buenismo más obsceno, presumiendo de acudir con una propuesta que «representa el reverso al discurso xenófobo de la extrema derecha presente en muchos países», mediante una instalación con mantas «que se recogen y se elevan reflejando el acto que los manteros realizan cuando tienen que huir de la persecución policial».
18ª Bienal de Arquitectura de Venecia
El laboratorio del futuro. Arsenale y Giardini. Venecia. Comisaria: Lesley Lokko. Hasta el 26 de noviembre
En su inanidad y autocomplacencia, esta edición de la Bienal no deja de ser nuevamente el reflejo de una cultura copada por oportunistas que perseveran en anular el pensamiento y la reflexión crítica, dejando en manos de activistas que, tras la coartada del globalismo y la inclusión, han generado un panorama mental estéril, autoritario y embrutecido que costará mucho desmantelar.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete