'El abismo del olvido', de Paco Roca y Rodrigo Terrasa: las fosas de posguerra

'El abismo del olvido' me ha conmovido como lo hacen pocos cómics por la vigencia de esa idea orwelliana. En 2013, el periodista Rodrigo Terrasa entrevista a Pepica Celda, de 81 años, hija de José Celda, uno de los represaliados enterrados en la fosa del cementerio de Paterna que es exhumado en la citada fecha.

CÓMIC

'El abismo del olvido'

• Autores Paco Roca y Rodrigo Terrasa
• Editorial Astiberri
• Año 2023
• Páginas 296
• Precio 25 euros

Su lucha empieza más de 30 años antes. Una batalla de desgaste en la que se evidencian los prejuicios de la sociedad española, los pesados tecnicismos burocráticos de una administración poco preparada para abordar este tema, y otros mil obstáculos más que no le impidieron cejar en el intento de recuperar los restos de su padre. Roca y Terrasa lo evocan en una doble página, dibujando la administración como una suerte de laberinto que Pepica recorre incansable, llamando a cada puerta y rellenando instancias.

'El abismo del olvido' encaja a la perfección con la esencia de todos los trabajos de Roca como autor, ya que contiene dos características fundamentales de sus obras: la idea de la «memoria relacionada con la identidad» ('Arrugas', 'La casa', 'Regreso al Edén' o 'Los surcos del azar') y una particular 'épica' que, más que a la Historia con mayúsculas, queda ligada a la Historia con minúsculas, a personas anónimas como su madre en 'Regreso al Edén'.

El abismo del olvido cuenta con dos personajes que encajan con este 'je ne sais quoi' propio de las creaciones de Roca. La citada Pepica y Leoncio Badía, un republicano que fue obligado a ejercer de enterrador entre 1939 y 1945 en el cementerio de Paterna, y por tanto, que dio sepultura a los represaliados. De convicciones humanitarias bien firmes, no duda en ayudar a los familiares de los enterrados en esta fosa.

Leoncio Badía es el eje sobre el que pivota la historia. Sólo él da con la vía para deshacer ese nudo gordiano en el que aún nos encontramos enmarañados los españoles; y es que, más allá de ideologías, está la humanidad. Badía se juega la vida porque empatiza con el dolor de una madre, un hermano, una hija… Y por simple y obvia que sea esta idea, priorizar lo humano frente a lo político, es algo que los españoles no terminamos de digerir. Roca y Terrasa enfocan el tema de las fosas desde todos los puntos de vista y ángulos posibles para descubrir sus fortalezas y debilidades. 'El abismo del olvido' reconoce la represión en ambos bandos durante la Guerra Civil.

Es especialmente certera la página en la que muestran una fosa, en su día a campo abierto, que ha sido engullida por el desarrollo urbano, y que hoy se encuentra bajo las calles de la ciudad. Afirman: «La mayoría de ellos (los represaliados), no se podrá encontrar ya. La democracia se cimentó sobre el olvido». Roca crea enfoques sobresalientes. Me impresiona la idea de que, al abrir una fosa, los espectros de los que allí se encuentran vuelven a la sociedad y se dirigen a sus casas para ver qué queda de la vida que dejaron. Esta imagen se vuelve triste cuando algunos comprueban que no queda nadie que les recuerde. Pronto no quedarán familiares que hayan conocido al pariente que perdieron cuando eran niños.

El segundo enfoque se basa en un uso muy inteligente de la mitología grecolatina, germen de nuestra cultura. Patroclo pide un funeral a Aquiles, que luego niega esta posibilidad a Héctor (asesino de su amado), tras matarlo en combate. Luego usan un enfoque arqueológico porque los enterramientos dicen mucho de la sociedad. Me sumo a los autores de 'El abismo del olvido', y también me pregunto por la perplejidad de los arqueólogos de siglos venideros que encuentren los cadáveres de una de estas fosas olvidadas. ¿Es así como queremos ser recordados?