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LIBROS

«Una nación de emigrantes», cuando Kennedy cruzó la frontera

Se editan los escritos de John F. Kennedy sobre la emigración en Estados Unidos. Una buena lectura a tenor de los tiempos

Los hermanos Kennedy: John, Robert y Edward AP
Laura Revuelta

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La actualidad reclama la atención sobre este texto que John Fitzgerald Kennedy publicó en el año 1958. Con el título de entonces, que se respeta en esta edición, «Una nación de emigrantes». Vivimos tiempos de fronteras que se abren y cierran de manera bastante arbitraria, frente a ese discurso bien está rescatar documentos como este que JFK escribió antes de llegar a la Presidencia de los Estados Unidos en 1960 y cuya brevedad y concisión también se agradecen. Su lectura dura justo lo que uno puede tardar en cruzar varias fronteras «aéreas» en estos días de trasiegos vacacionales.

El prólogo de esta edición que firma su hermano, Edward , recuerda cuál es el origen de su «noble» familia: «Hace siglo y medio, algunos antepasados cruzaron el Atlántico en busca de éxito, en aquellos famosos veleros llamados "barcos-féretro" , a causa de la gran cantidad de personas que morían en aquel arduo viaje...». Hoy como ayer. Está claro que la historia tiene un carácter cíclico, una suerte de eterno-retorno. Parece que nada ha cambiado, que este texto no fue redactado hace 60 años, sino anteayer porque como prosigue el prólogo: «La cuestión no es llegar a saber qué leyes sobre la inmigración deben ser reformadas para enfrentarse a los problemas del siglo XXI. Lo urgente es preguntarse acerca de lo que queremos ser en el futuro, cuál debe ser el futuro de América ».

Una nueva vida

El texto de JFK arranca con el epígrafe «Una nación de naciones» y el desembarco de Alexis de Tocqueville en el puerto de Nueva York el 11 de mayo de 1831. «Lo que Tocqueville vio en América fue una sociedad de emigrantes, donde cada uno comenzaba una nueva vida, y todos ellos en pie de igualdad», apunta el futuro presidente norteamericano.

Por supuesto sacar a relucir el nombre deTocqueville -uno de los máximos ideólogos del liberalismo y francés para más señas- con todos los honores no es inocente. La coartada para la tesis resulta perfecta. A lo largo de las páginas de esta reflexión, irá glosándose la llegada de las distintas comunidades y nacionalidades que configuran hoy por hoy la población norteamericana. Destaca el álbum de fotos intercalado entre los textos, que ilustran las historias humanas. Queda claro que Estados Unidos sin sus emigrantes, sin ser nación de acogida, no sería lo que es y ha sido.

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