CENTENARIO BERLANGA

Humores universales de un creador

‘Furia española’, editado por la Filmoteca Española y el IVC, analiza desde distintos frentes la presencia internacional de Berlanga

Berlanga en pleno rodaje

Después de Buñuel, Berlanga . Dos directores t an contrarios en su cine como complementarios en cuanto a mostrar los aspectos más complejos y cercanos de la realidad. El sueño (Buñuel), la vigilia (el espejo a lo largo del camino, Berlanga). Surrealista ... Buñuel, neorrealista y algo más, Berlanga. Como la épica de los griegos, la picaresca es una de las grandes aportaciones de la literatura española al monumental catálogo de las letras occidentales. Berlanga recuperó este género, en su grandeza, para el cine. La picaresca es una soberbia estética de la sobrevivencia, una ética de la mentira y el engaño con un fin noble: escapar de la miseria, regatear unos minutos a la podredumbre, despertar la imaginación hasta encontrar un trozo de pan, una cama sin chinches. Un género duro, cruel con sus personajes, áspero, triste y risueño. De un humor tan negro que pareciera congelarse la sonrisa.

Berlanga creó un estilo cinematográfico de la tradición picaresca, pero introdujo la melancolía, la ironía y el cariño cervantino hacia unos seres desamparados y entrañables que viven, entran y salen de sus películas, de manera especial en sus obras mayores: ‘Bienvenido Mr. Marshall’, ‘Plácido’ y ‘El verdugo’. Los humores de Berlanga, pícaros, esperpénticos, negros, son universales. De ese sustrato de la tradición española, de la España de Fernando de Rojas, del autor anónimo del Lazarillo, ¿Alfonso de Valdés?, del ‘Buscón’ de Quevedo, del ‘Rinconete y Cortadillo’ de Cervantes, de las pinturas negras de Goya.

Hambrientos y bohemios

También de los hambrientos galdosianos que deambulan por el Madrid de la restauración, de los bohemios que no se lavan la mano (Alejandro Sawa) después de haberla estrechado con Verlaine, de la fantasmagoría tenebrosa de Darío de Regoyos, del carnaval y la mascarada negra de Solana, de los errabundos personajes barojianos, de los espejos cóncavos y convexos del callejón del Gato valleinclanesco, del meteorito vanguardista que fue Ramón, del equívoco y genial desparpajo de los Jardiel, Mihura, Mingote, del cine de Edgar Neville, el Lubitsch en español. Pero no solo. Porque la huella borrada de sus películas también está en la influencia de corrientes europeas (italiana), de presencias norteamericanas.

Creó un estilo cinematográfico de la tradición picaresca, pero introdujo la melancolía, la ironía y el cariño cervantino

Si la proyección de su cine no obtuvo un reconocimiento internacional como se merecía fue más por el aislamiento de la cinematografía española, el raquitismo económico de su industria y la falta de políticas contundentes de promoción exterior por una Administración obsesionada con la manía, esa sí bien española, de prohibir. Pero cuando rompió esos invisibles fronteras, ‘Plácido’ fue candidata a los Oscar ; los espectadores que vieron en Cannes la proyección de ‘Bienvenido, Mister Marshall’, en la escena del sueño del alcalde (Isbert) y su supuesto duelo con el pistolero (Morán) y el diálogo inventado por ambos, rompieron en un prolongado aplauso y unos cuantos bravos, otro ejemplo del humor universal de Berlanga. Quien esto escribe lo pudo corroborar en Pekín, 1986, ante los alumnos de quinto curso de español, cuando descubrieron ‘El verdugo’, y los comentarios posteriores sobre su ácido humor.

Como el humor de la comedia italiana, como el humor tan peculiar, y tan querido más allá de la isla, inglés; ambos sin perder un ápice de sus peculiaridades rompen las fronteras; así hubiera sido el cine de Berlanga en el exterior y no, es un suponer, por supuestas incomprensiones de corte antropológico. La cosa es más sencilla: cuestión política y económica. Tan universal como Cervantes, Berlanga no se recrea en la miseria moral de los personajes sino que los personajes son las víctimas de unos poderes pareciera que imperecederos. De ahí que la última imagen que rodó fue un rótulo que confesaba «Tengo miedo». No era para menos, por lo que ha venido.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios