LIBROS
'El río de las cenizas', de Rafael Reig: su mejor historia sobre la vejez y la libertad
El autor asturiano ha escrito su mejor novela por la variedad de registros y por haber pasado de unos a otros sin estridencias
Rafael Reig (Cangas de Onís, 1963) es novelista y crítico literario
Esta novela de Rafael Reig cambia varias veces de tono y de argumento, lo que favorece mucho su resultado. Comienza, como varias suyas, de modo ligero y humorístico, pero incluso en esta tonalidad, que ha dado obras anteriores graciosas pero menores, ha sabido esta vez ... arrancar una sonrisa en el lector inteligente, que celebra asociaciones insólitas como la que ofrece al comienzo de los designios de Catilina, el senador romano a quien Cicerón denostó, y de Santa Teresa.
Las asociaciones humorísticas entre realidades dispares no son arbitrarias o caprichosas; le sirven para ir mostrando los lados reflexivos de un personaje, el adinerado anciano protagonista, que logra interesar al lector por una faceta menos previsible y por ello eficaz: es un cínico epicúreo,por momentos agraz y casi siempre egoísta, que si hubiésemos tenido que conocer directamente resultaría odioso, contrafaz de los valores que admiramos . Y, sin embargo, consigue mostrarnos un sentido vital y del humor que acabamos comprendiendo.
'El río de las cenizas'. Rafael Reig. Tusquets, 2022. 254 páginas. 18 euros
Cínico burgués
La primera gran elección de Reig ha sido imaginar la vejez como el lugar desde el que mirar la vida. Nada sería esta novela sin que el protagonista tuviera los setenta y cinco años y una vida acomodada, capaz de mirar hacia atrás sin esperar otra cosa que comprenderse, y quizá perdonarse. Del punto de mirada eso sí, aporta mucho saber que es paciente de la Residencia Los Carrascales , a donde un ictus le ha recluido y cuya vida de residente comparte con otros viejos, hombres y mujeres de diferente trayectoria. Lo que se cuenta de la vida y muerte de algunos de ellos coincide con la pandemia, aquella peste que ha asolado la sociedad mundial, y que en las Residencias de ancianos tuvo especial incidencia. Por fin leo, entre varios libros dedicados a evocarla, un punto de vista crítico hacia los discursos político-sanitarios que tal tragedia fue desencadenando en una sociedad asustada y perpleja a la que, sin embargo, había que vender no se sabe qué logros.
Son excelentes las páginas en las que vierte sus reflexiones sobre el miedo, gran desafío que solo al final logras superar
Finalmente, este cínico burgués, entregado a los placeres que puede pagar y que contiene algunos de los ingredientes externos que odiamos, resulta convincente a la vez y quizá por irónico. Que lo pueda ser tiene un secreto que es al mismo tiempo temático y tonal: no percibimos que haya prédica, que quiera el narrador protagonista convencernos de algo diferente a lo que dicen los versos de Gil de Biedma que la novela no cita, pero que podrían significar su sentido: comprender finalmente que la vida era esto, y que cuando llegas a tal convencimiento es tarde para desandar el argumento de la obra. No estoy seguro de que la salida algo sentimentaloide de las treinta últimas páginas, por más que emocionante, y las escenas finales con el hijo Gonzalo, hayan contribuido a un mejor desarrollo de la novela.
Más eficaces habían resultado las hilarantes páginas que narran cuando este hijo le descubre su pasión por Juanrra , el amante que a los cincuenta años motiva la separación de su mujer. También son excelentes aquellas en las que vierte sus reflexiones sobre el miedo, gran desafío que solo al final logras superar; cuando te sientes libre porque ya a nada aspiras o poco te pueden dañar.
Por último, el tono sentimental resulta orquestado o modulado cuando se vierte hacia el recuerdo de las mujeres con las que tuvo relación erótica porque traduce un sesgo de ‘pietas’, cuando desde el recuerdo serio-cómico logran contemplarse tanto las oportunidades alcanzadas como las perdidas. Esa dimensión de ‘pietas’ se ofrece sobre personajes concretos: hacia la sorda Vero, la que imita estar dirigiendo una orquesta, sobre los diferentes personajes humildes, muchos de ellos inmigrantes que cuidan de los residentes, como Ramona. Tales tonalidades se mezclan con páginas de humor sobre sueños que provocan unas y otras. Reig, por la variedad de registros y haber pasado de unos a otros sin estridencia, ha escrito su mejor novela.