La organización, que ha quedado reducida al activismo mediático en defensa de su líder, ha publicado varios guiones alternativos a la película «El quinto poder»
El martes por la noche, los aledaños de la embajada de Ecuador en Londres la que vive Julian Assange desde hace más de un año eran un hervidero de familias árabes entrando y saliendo de Harrods, y de jóvenes fumando pipas de agua en los ... cafés. Ni siquiera el dispositivo de seguridad, presente pero poco visible, en torno al prófugo de la justicia sueca sirve ya de recordatorio de que Wikileaks lideraba hace ahora tres años el combate en las trincheras de lo digital. Con un líder neutralizado, obligado al ostracismo o al exilio, la organización ha quedado reducida al activismo mediático en defensa de su carismático líder. Con su buzón para gargantas profundas cerrado desde la publicación en noviembre de 2010 de los cables del departamento de Estado de EEUU, Wikileaks ya no sacude los cimientos del orden establecido.
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