Retrato de París
«Robert Doisneau. El pescador de imágenes», en el Espacio Arte de Caja Madrid en Aranjuez
Celia fraile
Hay besos que forman parte de la historia del arte. A este reducido grupo pertenecen el de Gustav Klimt ; la escultura de Rodin ; el inmortalizado por Alfred Eisenstaedt al término de la Segunda Guerra Mundial en pleno Times Square ... de Manhattan, entre un soldado de la Marina de Estados Unidos y una enfermera; o el de «Le Baiser de l’Hotel de Ville» , capturado por la lente de Robert Doisneau en el Ayuntamiento de París. Este último se muestra ahora en el Espacio para el Arte y la Cultura Caja Madrid en Aranjuez, como parte de la exposición «Robert Doisneau. El pescador de imágenes».
Setenta instantáneas del genial fotógrafo forman un interesante recorrido por su obra artística. El universo Doisneau, en esencia. Recorría pacientemente las calles de París, extendía su red observadora, hasta que se presentaba el momento, capturado por una imagen. De este modo retrató el alma de la ciudad, compuesta por gente sencilla, corriente, pero también ocurrente, tierna y, sobre todo, digna. No en vano, fue uno de los grandes representantes de la conocida escuela humanista, formada por aquellos fotógrafos que, tras la Segunda Guerra Mundial, se empeñaron en mostrar al mundo el lado positivo del ser humano.
Para la revista «Life»
Su carrera comenzó a despuntar en 1934 en la factoría Renault, donde trabajaba como fotógrafo industrial y de publicidad. En 1939 se alistó y formó parte de la Resistencia Francesa. Fruto de esa colaboración, pudo fotografiar en primera línea la ocupación y la liberación de su adorada París. En 1950, la revista «Life» encarga a la agencia Rapho, en la que él trabajaba por aquel entonces como reportero gráfico, un reportaje sobre los amantes de la ciudad. De ahí saldrá la serie Besos, y su obra más significativa, que después se demostró que era un posado.
Su relación con los artistas e intelectuales de su época también fructificó en imágenes que han pasado a la historia de la fotografía. Sartre, Camus, Simone de Beauvoir posaron para su objetivo , pero, sin duda, la más famosa de todas ellas es la de Picasso sentado a la mesa con dos unos panes que simulan sus manos.
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