Mapplethorpe, culto al cuerpo
La galería Elvira González, que representa en exclusiva en España al fotógrafo, inaugura mañana una exposición con 28 imágenes
NATIVIDAD PULIDO
Renovarse o morir. Ése parece ser el lema de la galería Elvira González de Madrid, que, lejos de quedarse en la autocomplacencia de su legendaria nómina de artistas de la vanguardia histórica -por sus salas ha pasado lo más granado del siglo XX-, continúa atrayendo ... a lo mejor del arte contemporáneo. No hace mucho vimos en ella una estupenda exposición de Olafur Eliasson. Desde enero de este año, esta galería representa en exclusiva en España la obra del fotógrafo neoyorquino Robert Mapplethorpe . Y su primera monográfica del siempre polémico y controvertido artista se inaugura mañana (General Castaños, 3; hasta el 22 de julio) . En ella podemos admirar una seleción de 28 imágenes (realizadas entre 1976 y 1989) , seleccionadas por Pedro Almodóvar . Tras su discreto paso por Cannes con «La piel que habito» -la Palma de Oro se le sigue resistiendo-, prueba mejor suerte como «comisario invitado» de un fotógrafo que le apasiona porque «tiene el poder narrativo y la intensidad visual propios de la pintura».
Por las salas de la galería se despliegan en toda su intensidad las poderosas imágenes de Mapplethorpe. En especial, las dedicadas al cuerpo humano, sobre todo masculino. Sus increíbles ángulos, sus elegantes composiciones y el espléndido juego de negros, blancos y grises hacen de Mapplethorpe un artista de culto . A ello, claro, se ha sumado (como en otros muchos casos) su biografía atormentada, su homosexualidad y su prematura muerte en 1989 a causa de las complicaciones del sida, a los 42 años. Los desnudos masculinos de Mapplethorpe (cuerpos blancos y negros) semejan esculturas clásicas, en las que el mármol o el bronce se hace carne. Cuerpos esculpidos a golpe de gimnasio y que posan en plenitud ante el objetivo de Mapplethorpe.
No faltan tampoco en esta muestra los bodegones y flores, característicos igualmente en toda su producción. Es el caso de «Bird of Paradise» o «Tulip». Nadie como él ha sido capaz de sacar tanto erotismo de una simple flor . Fue un maestro de la geometría del espacio y eso se aprecia en cada una de las instantáneas que cuelgan en la galería Elvira González, que prepara una publicación con textos de la escritora Siri Hustvedt , esposa de Paul Auster.
El legado del fotógrafo está gestionado por la Robert Mapplethorpe Foundation, que el artista creó en 1988 para apoyar la fotografía, los museos y la investigación médica contra el sida, que acabó poco después con su vida. Recientemente, el Paul Getty Trust y Los Ángeles County Museum of Art han hecho conjuntamente una importante adquisición de fondos del archivo de Mapplethorpe, además de recibir una generosa donación de su fundación.
Robert Mapplethorpe (1946-1989) comenzó su carrera en los años 70 con dibujos, pinturas y collages. Pero muy pronto se dio cuenta de que su medio artístico era la fotografía. Parte de «culpa» la tuvo Sam Wagstaff, su mecenas y pareja, cuando le regaló una Hasselblad con la que retrató al Nueva York más underground : Warhol, Louise Bourgeois (de quien hizo, ya anciana, el mejor retrato que jamás le hicieron con una erótica escultura a cuestas) o Patti Smith, su amiga del alma , quien a su vez retrata a Mapplethorpe en sus memorias de juventud, «Éramos unos niños». Dice en ellas: «Mi única preocupación al final era su seguridad. Se aventuraba en un inframundo para mí muy peligroso. Pero así hizo grandes fotos y logró cosas que nadie había logrado». Aquel inframundo le llevó a la muerte... Y nació el mito.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete