Un complejo imperial fastuoso

A. G. F.

La recuperación de la estatua de Calígula ha sido una historia con final feliz, pero también el inicio de otra, en una zona todavía riquísima en obras de arte sepultadas durante siglos, y que hasta hace poco había sido saqueada por «ladrones de tumbas» y ... vándalos armados con sofisticadas tecnologías. En las orillas del lago Nemi, las excavaciones han descubierto un santuario, una gran villa, la residencia veraniega con su ninfeo en forma de abanico, juegos de agua y al centro de un nicho la estatua del emperador representado como Zeus. Se trata de un complejo imperial fastuoso, con palacios con pavimentos de mosaico y columnas de mármol, equipados para sus bacanales y los de su corte. En definitiva, era el lugar preferido por el joven monstruo, como lo definió el historiador Svetonio.

En total, se han encontrado 250 objetos de arte de extraordinario interés histórico y arqueológico, de los cuales un centenar son fragmentos de la estatua gigantesca de Calígula. En primer lugar, su cabeza, en la que son reconocibles los rasgos característicos de la familia Julio-Claudia, la primera de las dinastías romanas. La parte inferior de la estatua comprende también un bellísimo detalle del trono.

Calígula fue tan odiado que tras ser asesinado se destruyeron sus estatuas y lo que hacía referencia al sanguinario emperador. De ahí también la importancia de estas obras recuperadas y de las excavaciones, que son motivo de extraordinaria alegría para los amantes de la arqueología.

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