Descubrir en Frieze a un artista maño de 64 años

« Muchos comisarios españoles nos confesaban haberle descubierto en Londres » Según explican sus responsables, les quitaron de las manos los 40 dibujos que conforman la instalación «Armas de saqueo» y varios lienzos del artista. Sanmiguel, de 64 años, había hecho él mismo la selección, rescatando obras de 21 cm. por 30 realizadas entre 1996 y 2006. Rebuscó en sus carpetas, identificó los que le interesaban, y los restauró uno a uno . La galería tuvo tiempo de enmarcar 18. Pero el interés de los coleccionistas es contagioso.

Canadienses, austriacos y británicos quedaron cautivados por las obsesivas geometrías narrativas de Sanmiguel. Un coleccionista suizo decidió llevárselos todos cuando le dijeron que solo les quedaban once . «El artista es bueno, y eso es lo que caracteriza Frieze, que aprecian la calidad de la obra aunque no te conozcan como galería » , explica Pedro Maisterra, codirector de la galería. Llamaron a Sanmiguel para que enviara más dibujos, pero la preparación y restauración lleva tiempo. Y los de este artista de origen maño no son los del mercado. Sus dibujos se venden a 750 euros, y sus lienzos de mayor tamaño alcanzan los 21.000 euros.

Retrospectiva en el Musac en 2007

Los jóvenes responsables de Maisterravalbuena ficharon a su nueva estrella hace un año. Llevaron obra suya a Miami Basel y a Arco 2013, y ahora exponen en su espacio el conjunto denominado «El Pantano» . Sanmiguel fue objeto de una retrospectiva en el Musac en 2007 y de otra muestra centrada en su obra en el centro Montehermoso de Vitoria en 2012. Pero, como ocurre a menudo, es casi un desconocido en España . «En Frieze han venido muchos comisarios españoles confesando que descubrían aquí su obra » , explica Belén Valbuena, codirectora de la galería.

Para este pintor maño de hora tardía, crear es poner orden en el caos del universo. Comenzó a pintar en 1988, casi con 40 años. Trabaja sin asistentes, sin máquinas, y se encarga de todo el proceso . Entela y prepara el bastidor, le aplica las capas de protección, y pinta. Sólo pinta. «Un trabajo procesual que se materializa en obras realizadas a partir de minuciosos y obsesivos trazados geométricos, y en las posibles combinaciones creadas a partir de módulos que se repiten de manera sistemática sobre las superficies de las telas, el papel y en el propio espacio expositivo», según explicaba el catálogo de su muestra en el Musac, allá en la España de antes de la crisis.

Dice que usa la pintura para el «oficio de esquivar ». Quizás por ese afán de esquivar el desorden, figura entre los fundadores del colectivo A Ua Crag de Aranda de Duero, activo de 1985 a 1991. En Londres, sus complejas tramas visuales, un uso del color minucioso y sus enigmáticas narrativas encriptadas -sus dibujos llevan títulos como «Parada en Erhenrang», «Sócrates sobre Burbank» o «El arco inconcluso»- han cautivado al exigente público de una feria que cerró el domingo pasado con 70.000 visitantes.