Puebla, en la muerte de Mingote: «Se va un tótem sagrado»

«Se va un tótem sagrado», subraya Puebla, para quien ha sido «un lujazo» conocerlo y poder compartir las páginas de ABC desde 2006. «Trascendía su humanidad. Era sabiduría por todos los poros». Recuerda cómo en sus charlas con él «a los tres minutos el dibujo se quedaba aparte y hablaba de la vida».

Para este ilustrador, « Mingote daba prestigio a la profesión, la ha dignificando, colgándose todas las medallas». Su secreto es que era «un gran observador que desde lo alto veía lo insignificantes que somos», logrando así llegar a la definición del humor gráfico : «desacralizar y quitar rimbombancia a ciertos momentos considerados importantes».

Puebla rememora una viñeta en la que un nieto pregunta al abuelo si es mejor ser de izquierdas o de derechas y éste le contesta; «¡Lo que no hay que ser es ser gilipollas!». Porque Mingote detestaba que la ideología idiotizara a las personas y también el nacionalismo que las separa, resalta su compañero ilustrador.

Nunca perdió la curiosidad. Puebla recuerda cómo hace año y medio le instaba a que le enseñara a manejar Photoshop, porque admiraba los colores que surgían del ordenador. «Ahora me da rabia porque tenía que haber sacado tiempo», pero entonces le contestaba: «con las maravillas que haces de acuarela...». Mingote era así, modesto, y gustaba decir a los periodista que cada vez se encontraba más tonto. «En otros hubiera parecido un artificio, pero él era natural».

ABC publicará mañana el particular homenaje de Puebla al maestro Mingote.