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ABC Cultural

Pandemia de estupidez

Además de las vacunas de AstraZeneca, en Oxford fabrican la pandemia de estupidez que cursa con ataques a toda manifestación cultural de la tradición occidental por el mero hecho de serlo

Jesús García Calero

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Si hay una institución capaz de redimir a la civilización occidental de sus excesos es la universidad. La aventura del conocimiento ha impulsado cada uno de nuestros avances, nos ha hecho más tolerantes, mejores... pero no perfectos. La prueba la tenemos en el actual deterioro ... de los claustros universitarios, que no dan abasto. Además de las vacunas de AstraZeneca, en Oxford fabrican la pandemia de estupidez que cursa con ataques a toda manifestación cultural de la tradición occidental por el mero hecho de serlo. Decir que la música clásica europea es culpable de supremacismo es tan racista que basta compararlo con cualquier otro intento de sojuzgar un hecho cultural por su origen, color o por la creencia de la sociedad donde florece. Las páginas de Bach o Mozart nada tienen de racismo (ni siquiera la ‘Marcha turca’, que es un homenaje a los jenízaros otomanos). Escribían música redentora con notas llamadas negras o blancas no por supremacismo: podrían haber usado notas azules o verdes, pero era más sencillo así. Pensemos que hoy en día los virtuosos de la clásica pueden ser como Lang Lang, músicos desconectado del supremacismo blanco, lo cual demuestra que Oxford en realidad ha dimitido de poner en valor la universalidad que la música occidental representa. Las universidades que comprenden mejor la iconoclasia fanática que la historia del arte, que confunden la segregación con la diversidad, merecen dejar de llamarse Oxford, Columbia o Stanford. Son la universidad de la pandemia. La vacuna, desde siempre, es la inteligencia.

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