Suscríbete a
ABC Cultural

la tercera

Los cansados huesos de Cervantes

Con un esfuerzo repleto de chasquidos, el autor del Quijote Saavedra, comisario de abastos del rey, pone en pie sus huesos cansados

Los cansados huesos de Cervantes

por juan gómez jurado

Aún no ha despuntado el alba y el viejo soldado abre los ojos de golpe, con ese sobresalto único que alcanza a despertarle pero no a espabilarle del todo. Se rebulle en el camastro, comido por las chinches, pero el aguachirle de la noche pasada ... le dio más hambre que fuerzas, y no es capaz de alzarse de ese nido con más insectos que paja. Noche recia de venta infame, noche de trago amargo, noche en vela de manta raída y rescoldo apagado. Con las correas del jubón clavándosele en el costillar, los pies helados dentro de las botas agujereadas y el cuello rígido sobre la alforja. El crujir tembloroso de las aspas del molino, el correteo de las ratas sobre las vigas y el rasgueo de las cigarras partiendo el tiempo en intervalos desagradables. Olor a fermento de vinazo, a pedo de ganapán y a tierra incrustada en las arrugas del cuello que un millar de baños no conseguirían lavar. A veces se rasca para aliviar la comezón y se pregunta si esa mugre que enluta las uñas será de Nápoles, de Sicilia o de Argel.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia