la gran guerra del siglo XX (III)

Los corresponsales de «Le Miroir» eran los propios combatientes

El semanario les invitaba a tomar sus propias fotos sin importar el precio

abc.es

El semanario popular «Le Miroir» logró alcanzar un gran prestigio durante la guerra. Había nacido como revista generalista y no parecía destinada a alcanzar especial éxito, ni a destacar frente a sus brillantes competidores, en especial «L’Illustration», la revista de moda para la Francia ... de la alta burguesía.

Al iniciarse la guerra, «Le Miroir» decidió apostar por ser el semanario de referencia sobre la contienda. Sus números se dedicaron entonces íntegramente a informar de manera gráfica sobre los frentes y los combates. Impresa en huecograbado y en color sepia, sus dieciséis páginas habituales sólo contenían fotografías con sus pies informativos. La única excepción era una sección donde se recogían cronológicamente los hechos más relevantes ocurridos a lo largo de la semana.

No importa el precio

No importa el precio. Uno de los factores que disparó la popularidad de «Le Miroir» era lo original y atrevido de sus fotografías. Ningún semanario, ni agencia gráfica podían disponer de fotógrafos propios a lo largo de las inmensas líneas de frentes o en todos los actos o en cualquier circunstancia. «Le Miroir», sí. El periódico invitaba a los combatientes a enviar fotos tomadas por ellos mismos. Las más aceptables serían publicadas en la revista y las mejores de entre ellas, pagadas «no importa a qué precio».

Terminada la guerra, pasó a editarse como semanario deportivo hasta septiembre de 1939, fecha en la que, volviendo a sus orígenes, se centró exclusivamente en el nuevo conflicto con Alemania, que llegaría a convertirse en Mundial.

Los corresponsales de «Le Miroir» eran los propios combatientes

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