Tim White, paleoantropólogo: «Nos pusimos de pie al emparejarnos. Ese fue el principio de nuestro éxito»
El investigador estadounidense, descubridor de algunos de los fósiles más famosos de la evolución humana, se ha mudado a Burgos para averiguar cómo nuestro linaje conquistó la Tierra
La explicación de lo que nos hace humanos se reduce a solo 80 genes
Madrid
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Iniciar sesiónTim White es uno de los grandes nombres de la antropología actual. Participó en los descubrimientos de los que probablemente sean los fósiles más famosos del mundo: la australopiteca 'Lucy', de 3,5 millones de años, y otro homínido aún más antiguo, 'Ardi', ... de 4,4 millones de años. Ambos capaces de caminar erguidos: 'Lucy', exactamente igual que nosotros. 'Ardy', con su propio estilo. El investigador aún sigue buscando nuestros orígenes en yacimientos de Etiopía y Turquía, y aunque se mantiene al frente del Centro de Evolución Humana de la Universidad de Berkeley en California, se ha mudado a Burgos, al Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (Cenieh), como investigador afiliado. Llegó hace más de un año con su mujer, la reconocida paleobióloga Leslea Hlusko, atraído por el «maravilloso trabajo» del equipo español, con María Martinón Torres a la cabeza . «Estamos en el mejor sitio del mundo con el mejor equipo del mundo», asegura. No tiene más que halagos para la antropología española, a la que compara con un maratoniano etíope, por haber empezado más lenta en la carrera y haber llegado «a primera línea». Miembro del jurado de los premios de Arqueología y Paleontología de la Fundación Palarq, aprecia «cómo España valora su patrimonio».
—El panorama de la evolución humana cambia a mucha velocidad. Lo que creíamos verdades absolutas se refutan y aparecen nuevas ideas.
—Hay muchas razones para eso. Tiene que ver con el entorno académico cambiante, la nueva información que tenemos, particularmente gracias al ADN, y las nuevas técnicas de excavación y analíticas. A esto hay que sumar la tendencia de que la paleoantropología se convierta en un entretenimiento, lo cual no es positivo para la ciencia.
La australopiteca 'Lucy' tenía músculos 'como rocas' que le permitían estar de pie igual que nosotros
Judith de JorgeLa primera reconstrucción de la musculatura de un homínido refuerza la idea de que este ancestro de 3,2 millones de años se erguía como un humano moderno
—Precisamente una de esas grandes controversias ha sido sobre la naturaleza de Homo antecessor, los restos de 800.000 años hallados en Atapuerca. Rechazó que fuera una nueva especie.
—El nombre no hace a la especie. ¿Los llamamos ancestros de Homo neanderthalensis? ¿Les damos un nombre nuevo? Eso no es importante, lo que es importante para mí es estudiar su biología para poder entender su evolución. Son los ancestros de los neandertales, lo que demuestra que estos tuvieron una evolución separada durante milenios. Se está excavando una zona más amplia y quizás este año o el que viene haya resultados. Estamos hablando de una zona en la que se practicaba el canibalismo, por lo que se espera que aparezcan muchas más piezas. Los restos serán analizados desde el punto de vista del ADN en el Cenieh y en Tarragona con las mejores tecnologías y expertos. Es un esfuerzo nacional.
—¿Podremos saber por fin quiénes fueron los primeros europeos?
—Nadie antes de Atapuerca era capaz de decir nada sobre esta incógnita. El año pasado se encontró en la Sima del Elefante algo muy emocionante, un trozo de cara del individuo más antiguo de Europa Occidental, un adulto de hace 1,4 millones de años. Este año se espera descubrir el resto del cráneo. Sin duda, es una prueba crítica. No tenemos todos los datos, pero están aquí, bajo el terreno. Lo que necesitamos son las pruebas que nos permitan entender ese pasado.
—En Atapuerca se ha obtenido ADN del suelo, sin fósiles. ¿Cómo impactarán estas nuevas técnicas en el estudio de la evolución humana?
—Todavía están en sus inicios y nos va a llevar tiempo entender la validez de los resultados. Hay quien dice que va a suponer un cambio sin precedentes, pero en ciencia se abusa se esas afirmaciones. Creo que es una herramienta adicional, pero no va a sustituir a la paleoantropología ni a la geología. Sin el contexto, no podemos entender. Sin huesos, no sabemos.
—Moviéndonos a África, situó los orígenes de nuestra especie en Etiopía.
—Un trabajo de ADN mitocondrial llevado a cabo con mujeres de todo el mundo sugirió que las poblaciones originales de nuestra especie estaban localizadas en África. Fuimos a buscar las evidencias fósiles de esos individuos y los encontramos en Etiopía. Los resultados se publicaron en 'Nature' en 2003, y en los últimos años hemos continuado dicho trabajo. Nuestros próximos artículos serán sobre el esqueleto más completo de un Homo sapiens de hace 100.000 años. Y los dientes sobre los que trabaja María (Martinon) serán parte de esta investigación también. Nuestro objetivo es entender cuanto más mejor sobre ese pasado de hace 100.000 años que se ha desvanecido.
—'Lucy' es uno de los homínidos más estudiado del mundo, ¿todavía puede revelar nuevos secretos?
—'Lucy' fue descubierta en 1974, pero todavía queda por decir sobre ella. Es el adulto más pequeño perteneciente a su especie. Los machos son más altos. Esto muestra la importancia de la biología y hace que sigamos excavando. Cuanto más encontramos, más sabemos. Podía caminar. Ardi también, aunque diferente.
—¿Y qué había antes que ellos?
—No se sabe. Es una incógnita. Todos los fósiles de esa época caben en una cajita. De lo que estamos seguros es de que lo que había antes de 'Ardi' no era un chimpancé. Cuando los comparas, ves que los chimpancés son organismos muy evolucionados, muy especializados. El contraste entre su rama y la nuestra es muy interesante, porque hay miles de millones de nosotros, somos muy exitosos y estos animales están a punto de extinguirse. Nos separamos de la rama de los chimpancés hace 7 millones de años, antes era el planeta de los simios. Los había en Turquía, China, Namibia, Kenia, Uganda... Evolucionaron en muchas especies distintas, y una muy especial, ahora extinta, era gigante, el Giganthopitecus. Quizás encontremos la respuesta en Turquía, en África... Lo que pasó allí es lo que dio lugar a nosotros. La única forma de entender el origen de nuestros ancestros es conseguir los fósiles.
—¿Por qué nos pusimos pie?
—Hay muchas teorías. La más antigua es la de la sabana, que se remonta a los tiempos de Lamarck, y dice que lo hicimos para ver a los depredadores por encima de las altas hierbas. Pero estamos viendo que los hábitats favorables para los homínidos, incluida 'Lucy', no eran las sabanas. Lo sabemos por evidencias directas obtenidas de los tejidos dentales analizados: las plantas que comían, la anatomía de los dientes... La teoría de la sabana, como muchas de las teorías deterministas climáticamente, se están abandonando. ¿Cómo es posible que un cuadrúpedo deje tantísimas ventajas de movimiento, de escalada, de agilidad... solo para evitar a los depredadores? Creo que la ventaja tiene que ver con la reproducción.
—¿Para qué?
—Uno de los trabajos más recientes sobre 'Ardi' y todos esos homínidos tempranos muestra que no tienen grandes caninos. Creemos que es una señal del sistema social. Los machos dejaron de competir por hembras extra, crearon vínculos, se emparejaron y pusieron su energía en proteger a las crías. Ya no les hacían falta esas armas ofensivas. A esto le llaman monogamia, yo lo llamo emparejamiento con fines protectores de las crías.. El bipedismo llegó al mismo tiempo, por lo que creo que tiene más que ver con cuestiones reproductivas que de locomoción. El hecho de que sean bípedos permite a los machos salir a recoger alimentos para proveer. Por eso nuestra línea de tiempo ha tenido tanto éxito. El bipedismo es anterior a la cultura y los cerebros más grandes.
—¿Cómo cambiará la paleoantropología en un par de décadas?
—Nos vamos a convertir en mejores detectives, con mejores herramientas, y mejores técnicas. Si nos vamos a convertir en mejores intérpretes o no, es una pregunta abierta. Porque las presiones en contra del tipo de ciencia que necesitamos, hecha a largo plazo, cuidadosa y rigurosa, afecta sobre todo a los jóvenes. En el entorno académico, el progreso hoy en día se mide en el número de publicaciones al año, y el número de citas de tus resultados en los periódicos... Son decisiones tomadas por administradores que no son científicos y no distinguen entre las noticias impactantes y la ciencia seria. Ahora mismo se trata de una especie de selección para ver quién es el mejor showman, no quién ofrece mejor calidad.
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—¿Se refiere al grupo que hace poco ha afirmado que Homo naledi enterraba a sus muertos y hacía arte?
—Sí. Nuestra filosofía es encontrar las respuestas correctas, no importa cuánto te lleve. Este grupo sudafricano [sus artículos no han sido revisados por pares] está liderado por el 'Donald Trump' de la paleoantropología, es decir, un showman [Se refiere a Lee Berger, explorador de 'National Geographic']. No les importa si la interpretación es correcta, solo la velocidad y compartir esa información para que los medios les hagan caso. En España sobrevive el periodismo científico. En EE.UU. está extinguido como los neandertales.
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