El 'primo gigante' de Lucy medía tanto como un humano actual

El yacimiento de Laetoli es famoso por el hallazgo en los años 70 del esqueleto de Lucy, una Australopithecus afarensis que vivió hace 3,2 millones de años, conocida como 'la abuela de la humanidad'. Sin embargo, allí había más que huesos: había huellas. Estos rastros han sido el centro de numerosas investigaciones sobre la locomoción, la velocidad, el tamaño corporal y el comportamiento de los A. afarensis que las dejaron. Las huellas constituyen un impresionante registro de australopitecos caminando sobre un lecho de cenizas volcánicas mojadas por la lluvia hace casi 3,7 millones de años.

En uno de los lugares con pisadas de homínidos, conocido como 'sitio G', quedó registrado el paso de tres individuos caminando en la misma dirección, con uno de ellos pisando sobre las huellas dejadas por otro de mayor tamaño.

Noticia Relacionada

Hallan sorprendentes similitudes entre las herramientas de los humanos primitivos y los monos

ABC Ciencia

Los fragmentos de piedra producidos accidentalmente por macacos se asemejan a algunos de los primeros artefactos de piedra de los homínidos

Hasta ahora no había sido posible saber con seguridad si estos tres australopitecos caminaron separados o si iban juntos y, en ese caso, cómo se relacionaban sus respectivos movimientos. Algo que ahora sí han logrado Javier Ruiz y sus colegas.

El más corpulento de los tres fue probablemente un macho de cerca de 1,70 metros de altura, extraordinariamente grande para su especie. Los dos más pequeños, de 1,40 y 1,20 metros, respectivamente, debieron ser una hembra y un individuo juvenil. Ambos caminaban juntos y seguían de cerca al individuo de mayor tamaño.

Para su trabajo, los investigadores utilizaron un modelo digital de alta resolución de las huellas, y sobre él lograron calcular las velocidades y las trayectorias de los homíninos de Laetoli. El hecho de que la velocidad de desplazamiento fuera muy parecida en los tres indica que lo más probable es que los tres se desplazaron juntos.

La investigación demuestra que el cálculo detallado de velocidades y trayectorias a partir de rastros de pisadas fósiles permite deducir aspectos del comportamiento de homíninos incluso millones de años después de que éstos dejaran impresas sus huellas sobre la superficie. Huellas que son, a fin de cuentas, el 'comportamiento fosilizado' de nuestros remotos antepasados.