Primera evidencia del mordisco de un león a un gladiador romano en combate
El esqueleto de un joven fuerte con marcas del ataque de un gran felino ha sido descubierto en un cementerio de la época romana en York, Inglaterra
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Mosaicos y cerámicas antiguas muestran escenas de gladiadores atacados por leones en espectáculos de la antigua Roma. Textos de la época también describen esas escenas sangrientas. Ahora, un equipo internacional de investigadores ha descubierto en Driffield Terrace, uno de los cementerios de gladiadores mejor ... conservados del mundo, a las afueras de York (Inglaterra), el esqueleto de un joven fornido con marcas de mordeduras de un gran felino, probablemente un león. Se trata de la primera evidencia física de combate entre humanos y animales en el período romano.
Driffield Terrace, de 1.800 años de antigüedad, se encuentra en la calzada romana que salía de York hacia Tadcaster. Allí fueron enterrados 82 hombres jóvenes, cuyos restos comenzaron a recuperarse en 2004. El esmalte de los dientes mostró que provenían de una amplia variedad de provincias romanas de todo el mundo. En un primer momento se creyó que eran soldados o esclavos, pero varios indicios llevaron a pensar que se trataba de gladiadores: los varones estaban particularmente fuertes como resultado del entrenamiento y exhibían numerosas heridas curadas asociadas a la violencia. También se encontraron evidencias de ritos funerarios inusuales.
La causa de la muerte
Los nuevos hallazgos se centran en un esqueleto en particular, el de un hombre de entre 26 y 35 años, enterrado en una tumba junto a otros dos y recubierto de huesos de caballo. En vida, parece haber sufrido algunos problemas de columna vertebral, posiblemente causados por una sobrecarga en la espalda, inflamación de pulmón y desnutrición infantil, de la que se recuperó. La pelvis había sido atravesada por la mordedura de un león, confirmada al compararla con muestras de mordeduras de león en un zoológico actual. La herida no sanó, por lo que los investigadores creen que fue la causa de la muerte del joven. Dado que los mordiscos estaban en la pelvis, es posible que se debieran a que el león hubiera comido en el cuerpo en el momento de su muerte.
El individuo fue decapitado después, lo que parece haber haber formado parte de un ritual especial de la época romana, aunque las razones siguen sin estar claras. Los autores dicen que se trataba de un bestiario, un papel desempeñado por voluntarios o esclavos que luchaban contra bestias en vez de contra otros hombres.
«Durante años, nuestra comprensión de los combates de gladiadores romanos y los espectáculos con animales se han basado en gran medida en textos históricos y representaciones artísticas. Este descubrimiento proporciona la primera evidencia física directa de que tales eventos tuvieron lugar en este período, lo que redefine nuestra percepción de la cultura del entretenimiento romano en la región», afirma Tim Thompson, de la Universidad de Maynooth (Irlanda) y autor principal del estudio que este miércoles publica la revista de investigación científica y médica PLOS One.

Para Malin Holst, profesora de Osteoarqueología en el Departamento de Arqueología de la Universidad de York y directora general de York Osteoarchaeology, que se especializa en la excavación y análisis de restos humanos, este es un hallazgo «enormemente emocionante porque ahora podemos comenzar a construir una mejor imagen de cómo eran estos gladiadores en vida, y también confirma la presencia de grandes felinos , y potencialmente de otros animales exóticos, en arenas de ciudades como York, y cómo ellos también tuvieron que defenderse de la amenaza de la muerte».
Lejos del Coliseo
Por su parte, John Pearce, del King's College de Londres, añade: «Como testigos tangibles de los espectáculos en los anfiteatros romanos de Gran Bretaña, las marcas de mordeduras nos ayudan a apreciar estos espacios como escenarios de brutales demostraciones de poder. Contribuyen de forma importante a la desintoxicación de nuestro pasado romano».
"Esta última investigación nos proporciona una perspectiva extraordinaria sobre la vida y la muerte de este individuo en particular, y se suma a la investigación genómica, tanto previa como en curso, sobre los orígenes de algunos de los hombres enterrados en este cementerio romano", apunta David Jennings, CEO de York Archaeology. "Puede que nunca sepamos qué llevó a este hombre a la arena donde creemos que pudo haber luchado para el entretenimiento de otros, pero es notable que la primera evidencia osteoarqueológica de este tipo de combate de gladiadores se haya encontrado tan lejos del Coliseo de Roma, que habría sido el estadio de Wembley de combate del mundo clásico», agrega.
Los autores destacan que a menudo imaginamos estos combates en el imponente entorno del Coliseo romano, pero estos últimos hallazgos demuestran que estos eventos tenían un gran alcance, mucho más allá del centro de los territorios romanos. Probablemente existió un anfiteatro en la York romana, pero aún no se ha descubierto.
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Al parecer, York celebró eventos en la arena de gladiadores hasta el siglo IV d.C, quizás debido al hecho de que había muchos generales y políticos de alto rango que ocupaban cargos en la ciudad, entre ellos Constantino, quien se autoproclamó emperador allí en el año 306 d.C.
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