El módulo lunar Odiseo consigue estudiar la Tierra 'como si fuera un exoplaneta'
La nave, que aterrizó en la Luna el pasado 22 de febrero, ha logrado superar numerosos problemas y recuperar valiosos datos de sus seis instrumentos científicos
Odiseo se rompió una pata al aterrizar en la Luna
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Iniciar sesiónEl pasado 22 de febrero, y tras un viaje no exento de incidentes, el módulo Odiseo aterrizó en el polo sur de la Luna y se convirtió en la primera nave privada en posarse sobre nuestro satélite. Todo un éxito para la empresa constructora, ... Intuitive Machines, con sede en Houston, que tuvo sin embargo que superar graves dificultades técnicas para conseguir un hito en el que, incluso hoy en día, más de la mitad de los intentos acaban en fracaso.
Haciendo honor a su nombre, en efecto, el descenso final de Odiseo fue más rápido de lo esperado a causa de un error en los sistemas de navegación. Un fallo por el que, en vez de posarse de pie como estaba previsto, la nave patinó al tocar el suelo, rompió por lo menos una de sus patas y quedó volcada de lado, en un ángulo de 30 grados y en una zona más elevada que el área objetivo. Lo cual a su vez provocó que dos de sus antenas de comunicaciones quedaran apuntando hacia abajo, dificultando el contacto con la Tierra, y que las baterías solares también terminaran apuntando en la dirección equivocada, sin posibilidad de recargarse.
Sea como fuere y a pesar de todo, la nave consiguió sobrevivir durante unos días antes de apagarse. Y tras el aterrizaje, una de las primeras cosas que hizo fue desplegar cuatro pequeñas antenas para registrar ondas de radio desde la superficie. Un momento que el astrofísico Jack Burns, de la Universidad de Colorado en Boulder, y coinvestigador del experimento ROLSES (Radio wave Observations at the Lunar Surface of the photo Electon Sneath) acaba de calificar como «el amanecer de la radioastronomía desde la Luna» durante su intervención en la 244 Reunión de la Sociedad Astronómica Americana que se celebra estos días en Madison, Wisconsin.
La nave Odiseo se apaga totalmente en la Luna
La sonda había sido puesta en reposo al final de su misión principal en el satélite y ya no volvió a encenderse
«Fue algo heroico que Intuitive Machines lograra aterrizar en esas condiciones y desplegara nuestras antenas -dijo Burns-, que recopilaran algunos datos y consiguieran enviarlos a la Tierra». El instrumento, uno de los seis de la nave y que, además de las antenas, incluía un radio espectrómetro, fue diseñado para registrar una amplia gama de emisiones de radio, tanto cerca de la Luna como en las profundidades del espacio.
Desde luego, tiene mucho mérito que a pesar de las persistentes dificultades para comunicarse con el módulo y mantener cargadas sus baterías solares, la NASA lograra extraer algunos datos de sus seis instrumentos a bordo, entre ellos los de ROLSES, que por un 'golpe de suerte' había tenido ocasión, durante el viaje, de echarle un vistazo a las emisiones de radio de la Tierra desde una perspectiva única.
«Observamos la Tierra como si fuera un exoplaneta -explicó Burns-, un mundo alrededor de otra estrella. Lo cual nos permitió preguntar: ¿Cómo se verían esas emisiones de radio si vinieran de una civilización extraterrestre en un exoplaneta cercano?».
Un viaje accidentado
Odiseo viajó a la Luna como parte del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS) de la NASA, un ambicioso esfuerzo para llevar a nuestro satélite naves espaciales construidas por empresas privadas pensadas para ir enviando a la Luna piezas y suministros para los futuros astronautas del programa Artemis. Tras el fracaso de Peregrine, de la compañía Astrobotic, que en enero de este año tuvo que abortar su misión debido a una fuga de combustible durante su camino a la Luna, Odiseo fue la primera misión de este tipo en lograr lo que la NASA llama un 'aterrizaje suave'. Algo que, sin embargo, estuvo a punto de no ocurrir.
Odiseo, en efecto, no pudo utilizar su sistema de navegación guiado por láser para aterrizar en la escarpada superficie lunar. De modo que los operadores de Intuitive Machines lo apostaron todo al sistema de cámara óptica del módulo de aterrizaje, una maniobra impresionante, sumamente arriesgada y cuyo éxito merece ser calificado de hazaña.
Pero hubo otros problemas. Mientras Odiseo viajaba a la Luna, explicó Burns, una de las antenas del instrumento ROLSES se sobrecalentó y se salió de su alojamiento en el módulo. (Un selfie desde la nave espacial muestra la antena sobresaliendo en el espacio). Aunque al final, dijo el astrofísico, eso resultó ser «un golpe de buena suerte».
De hecho, el equipo aprovechó el incidente para mirar hacia la Tierra y registrar las ondas de radio emitidas desde el planeta durante casi una hora y media. Las tecnologías humanas, incluidos los teléfonos móviles y las torres de telecomunicaciones, producen ondas de radio de forma casi constante. De modo que los científicos de la misión pudieron, desde fuera del planeta, registrar las 'huellas dactilares' de nuestras emisiones de radio. Huellas que, según Burns, podrían buscarse ahora en mundos lejanos similares al nuestro.
En todo caso, la tarea de Burns y su equipo no ha hecho más que empezar, ya que la NASA ha dado luz verde a un segundo experimento ROLSES, que probablemente volará en otro módulo de aterrizaje en 2026.
El astrofísico también forma parte de otro experimento CLPS, conocido como Experimento Electromagnético Nocturno de la Superficie Lunar (LuSEE-Night), que llegará a la Luna en 2026. En esta ocasión, el instrumento aterrizará en la cara oculta de nuestro satélite, un lugar tranquilo y al que las emisiones de radio humanas no pueden llegar. Desde allí, sin embargo, sí que será posible observar las emisiones de radio procedentes de los primeros días del Universo, antes incluso de que se formaran las primeras estrellas, un periodo conocido como 'la Edad Oscura' y cuyo estudio arrojará algo más de luz sobre cómo evolucionó el cosmos desde su lejano origen.
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«Dado que la NASA enviará dos o tres módulos de aterrizaje a la Luna cada año -dijo Burns-, podremos actualizar nuestros instrumentos y aprender de lo que sale mal de una forma que no ha sido posible desde los primeros días de la era espacial».
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