Jeff Bezos pone en órbita su cohete New Glenn para competir con Elon Musk pero no logra aterrizar

El lanzamiento del imponente cohete de 98 metros -la altura equivalente a unos 30 pisos-, bautizado en honor al legendario astronauta estadounidense John Glenn, había sido previsto inicialmente para la mañana del lunes, pero fue cancelado después de repetidas paradas durante la cuenta atrás. La compañía dijo más tarde que había descubierto un problema de formación de hielo en una línea de purga.

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Esta mañana, sin embargo, todo ha funcionado a la perfección. Cientos de empleados en la sede de la compañía en Kent, Washington y su fábrica de cohetes en Cabo Cañaveral, Florida, han estallado en aplausos cuando la vicepresidenta de Blue Origin, Ariane Cornell, anunciaba que la segunda etapa del cohete había llegado a la órbita, logrando un hito largamente esperado. «Logramos nuestro objetivo clave, crítico y número uno: pudimos ponernos en órbita de manera segura», ha dicho Cornell en una transmisión en vivo de la compañía. «Y lo logramos en nuestro primer intento».

El propulsor reutilizable de la primera etapa del cohete debía aterrizar en una barcaza no tripulada situada a unos 1.000 km de distancia en el océano Atlántico después de separarse de su segunda etapa, pero no lo consiguió La telemetría del propulsor se interrumpió minutos después del despegue y este ser perdió. Para SpaceX este tipo de aterrizajes son rutinarios, pero este era el primer intento para Blue Origin.

«Estoy increíblemente orgulloso de que New Glenn haya logrado la órbita en su primer intento», ha dicho esta mañana Dave Limp, director ejecutivo de Blue Origin. «Sabíamos que aterrizar nuestro cohete en el primer intento era un objetivo ambicioso. Aprenderemos mucho de hoy y lo intentaremos nuevamente en nuestro próximo lanzamiento esta primavera. Gracias a todo el equipo Blue por este increíble hito», ha añadido.

La misión, que constituye la culminación de un desarrollo multimillonario que ha durado una década, marca el primer viaje de Blue Origin a la órbita de la Tierra en los 25 años transcurridos desde que Bezos fundó la empresa.

Con esta misión, denominada NG-1, el fundador de Amazon intenta rivalizar con Musk, el único hombre del mundo más rico que él. La empresa de Musk, SpaceX, domina el mercado de lanzamiento orbital a través de sus cohetes Falcon 9, que se han vuelto vitales para el sector comercial, el Pentágono y la NASA. Precisamente, SpaceX también planea otra prueba orbital esta semana de Starship, su gigantesco cohete de nueva generación.

El vuelo inaugural estaba previsto para el lunes, durante una ventana de tres horas que se abrió a las siete de la mañana. La hora de lanzamiento se retrasó varias veces antes de cancelarla definitivamente pasados diez minutos de las nueve. Blue Origin explicó que había un problema en el subsistema del vehículo. Horas después, reveló que se trataba de la formación de hielo en una tubería que alimenta los sistemas hidráulicos del cohete y se anuncio una nueva fecha de lanzamiento al día siguiente que tampoco se cumplió. Ese mismo día, el vuelo se retrasó hasta este jueves por la mañana.

New Glenn está clasificado como un «lanzador de carga pesada», capaz de colocar cargas útiles importantes en la órbita baja de la Tierra. Se espera que transporte hasta 45 toneladas en órbita. Eso es más del doble de la capacidad del Falcon 9 de SpaceX, que puede levantar alrededor de 22 toneladas, aunque no alcanza la capacidad de 63,8 toneladas del Falcon Heavy.

Sin embargo, New Glenn tiene una ventaja única: su carenado de carga útil más ancho, que puede acomodar objetos más grandes. «Tiene la mayor capacidad para poner objetos en el espacio, objetos grandes», gracias a su carenado de carga útil más amplio, explicó Elliott Bryner, profesor de la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle. Esta versatilidad significa que New Glenn podría convertirse en una «navaja suiza» de cohetes, capaz de desplegar una amplia gama de cargas útiles en órbitas bajas y altas.

New Glenn podría además comenzar a lanzar la constelación de satélites de Internet de banda ancha de Amazon, Kuiper, que rivalizará con la red Starlink de SpaceX, acelerando la competencia en otro frente.

«New Glenn también tiene potencial para transportar naves espaciales tripuladas», señaló George Nield, presidente de Commercial Space Technologies. «Otro uso potencial es el de las estaciones espaciales comerciales», añadió. La Estación Espacial Internacional se desmantelará en 2030, por lo que se ha iniciado la carrera para desarrollar sustitutos. Blue Origin se encuentra entre los contendientes que compiten por construir la primera plataforma de gestión privada.