rafael jordá
El gurú de los satélites 'low cost' que salvarán la Tierra: «¿Y si hubiéramos tenido información inmediata en la dana?»
Sus artefactos, del tamaño de un microondas o una lavadora, ayudan a las empresas y gobiernos a medir datos reales desde el espacio
Su contribución a la «democratización» del acceso al espacio le valió el premio Princesa de Girona 2023
El riesgo de impacto contra la Tierra del asteroide 2024 YR4 disminuye, pero podría golpear la Luna
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónAntes de Rafael Jordá, el espacio era un lugar más pequeño. Los satélites tradicionales pesaban toneladas, costaban centenares de millones y sólo podían acceder a ellos los gigantes empresariales. Hasta que llegó él y los redujo al tamaño de una lavadora o un microondas. ... Los hizo inmensamente más baratos, pero igual de eficientes. Los lanzó en una órbita baja y empezaron a generar datos para casi todo. «Cualquier cosa que se pueda ver ahí arriba y medir, termina siendo útil para la gestión territorial o de negocio», defiende este gurú catalán de 36 años criado en Mallorca, a quien su proyecto de «democratizar» el acceso al espacio le valió el premio Princesa de Girona 2023.
12-08-2026: el eclipse solar que promete llenar la España vacía
Érika MontañésHubo zonas de EE.UU. y México que se paralizaron en abril de 2024. Un aluvión de gente inesperada colapsó vías y servicios. Es la referencia que toma Teruel para prepararse ante un evento científico único: un minuto y 40 segundos de sombra absoluta
La idea le rondaba desde que empezó la carrera. A los 19 años, Jordá convenció al vicerrector de la Universidad Politécnica de Cataluña para montar un pequeño laboratorio en el sótano y llenarlo de cohetes. En tercero de carrera su profesor José Mariano, que olía el talento, le dio trabajo en su empresa de turismo espacial aZero2Infinity. Al acabar Ingeniería Aeronáutica lo fichó Airbus Defence & Space mientras cursaba a la vez una beca de la SEPI que lo puso en la órbita empresarial: él iba estudiando el MBA mientras montaba su plan de negocio en la cabeza, Open Cosmos.
«¿Por qué no hacer estos satélites más pequeños, más ágiles y económicos para que no sólo se lo puedan permitir las grandes empresas tecnológicas?», se preguntó. La «falta de apetito» empresarial en España le obligó a hacer las maletas e irse a Reino Unido, donde encontró menos barreras y financiación.
«Me fui muy a mi pesar. Ir a un sitio donde se te entiende, comprenden la cultura emprendedora y se invierte era cuestión de vida y muerte. Hace diez años, la inversión en España de start up como la que yo tenía en mente era de muy alto riesgo y se veía como algo extraterrestre. ¡Yo era un chaval de 25 años que quería hacer satélites!», exclama.
Con los ahorros justos para 'sobrevivir' seis meses aterrizó en Londres en 2015. «Me fui a lo Indiana Jones y salió bien», avanza. Consiguió un primer contrato de la Agencia Espacial Europea para hacer CanSats (demostradores satelitales). Le compraron 500 unidades -luego 200 más- y ese pequeño contrato de algo más de 50.000 euros le permitió estirar la estancia y seguir soñando.
El sueño se cumplió dos meses después. La Comisión Europea tenía un proyecto que consistía en lanzar 50 satélites pequeños, y Jordá propuso ser un «back up»: diseñaría el satélite, lo entregaría y si cumplía con todas las necesidades, la Comisión Europea lo volaría. «Todo eso valía un montón de dinero, con lo cual ellos pagarían esa parte, y yo me comprometía a entregar el resto como un catalizador de mi modelo de negocio (diseñar, fabricar y operar satélites de principio a fin)», explica nervioso.
Lo seleccionaron y Jordá se puso «como un loco» a fichar todo el talento que necesitaba. «Conseguí convencer a muchos amigos de la universidad que trabajaban en Airbus y en la ESA para que dejaran estas posiciones de oro para irse a arrancar Open Cosmos conmigo».
Sólo seis meses después, entregaron el satélite pasando todas las pruebas. Fue el primero de todo el programa en nueve años que se entregó con éxito. «Nos lo lanzaron y ahí plantamos una bandera en cierta forma», destaca orgulloso sobre aquel hito que, aunque monetariamente no fue lucrativo, abrió las puertas del cielo a Open Cosmos porque se vio que aquellos chavales cumplían y lo hacían bien.
Expansión meteórica
Una década después de aquel comienzo, Open Cosmos es la empresa líder en Europa de misiones satelitales pequeñas. Tiene 150 empleados, cerró contratos por valor de 120 millones de euros en 2024, y lleva cuatro años generando beneficios. Tiene cuatro fábricas -Barcelona, Oxford, Atenas y Coimbra- y varias oficinas, una de ellas en Mallorca. Ahora es Jordá quien recluta talento y hace que los cerebros españoles no se fuguen como le tocó a él (aunque con camino de vuelta).
Disculpe el atrevimiento, ¿quién se compra un satélite?
«Principalmente gobiernos y empresas de telecomunicaciones, de energía… Los gobiernos sobre todo lo usan para monitorizar sus recursos naturales, gestión del territorio, seguridad, clima, transición energética…», responde un convincente Rafael Jordá capaz de 'vender' otro satélite a la periodista.
La «falta de apetito» empresarial en España le obligó a hacer las maletas e irse a Reino Unido, donde encontró menos barreras y financiación
Abre a ABC las puertas de su sede en Palma, inconfundible por su logo amarillo. Es lunes y un equipo de cinco personas trabaja en su oficina mallorquina ubicada en el Parc Bit de Palma, conocido como el Silicon Valley de Baleares, donde se concentran las empresas de innovación tecnológica más punteras.
«Tenemos la capacidad de diseñar y fabricar satélites con sus peculiaridades. Otras empresas hacen un satélite y lo repiten», destaca este gurú sobre el aspecto diferencial de Open Cosmos, ya que «no hay muchas empresas en el mundo que puedan hacer esto a lo largo de toda la cadena de valor y con todo tipo de satélites, tanto de observación de la tierra, de telecomunicaciones, de ciencia o de los que nos requiera».
Sus satélites 'low cost' tienen una vida útil de entre tres y cinco años -«dependiendo de la altura a la cual se lanza»-, y no generan basura espacial: «cuando acaban «reentran en la atmósfera y se desintegran completamente». Miden cada rincón de la Tierra con varios sensores y ponen toda esa información al alcance de la gente para poder tomar decisiones climáticas y económicamente sostenibles. Digamos, sin exagerar, que pueden salvar el planeta.
«Son un instrumento de medida que ofrece la información de forma científica, real. Si no tienes datos, no eres eficaz y no puedes dar respuesta», apunta Jordá, poniendo el acento en la importancia del buen uso de esos datos. «La tecnología nunca te da la solución final a todo, y que son las decisiones humanas las que terminan realmente moviendo la balanza».
En la pared de la oficina de Palma están colgados los logotipos de los diez satélites que actualmente la empresa tiene en órbita. Open Cosmos ha vendido 40 y está fabricando otros 29. «Pero estas diez son las misiones enteras, los satélites puramente hechos por nosotros, operados y lanzados», detalla orgulloso el CEO de la empresa, que ya prepara la undécima pegatina para el satélite balear que se presentará el próximo 26 de febrero en Palma.
En total, se han lanzado dos para la Generalitat de Catalunya (hay dos más en construcción), uno para la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía y otro para el Instituto Astrofísico de Canarias, más el balear, que está en preparación. «El resto son de Reino Unido, la Agencia Espacial Europea para proyectos paneuropeos, Portugal (cuatro contratados), en Grecia ganamos un contrato de 60 millones para hacer siete… Me estoy olvidando de alguno seguro…».
Se diseñan, se lanzan y luego, ¿qué?
«Open Orbyt es como tener un servidor pero ahí arriba en órbita. Yo te lo diseño, te lo entrego y si quieres te lo opero. El satélite es tuyo y todos los datos son tuyos», resume sobre su producto estrella. Pero las necesidades son variadas y también ofrece Open Constellation, que consiste en aportar un satélite a la constelación y, a su vez, beneficiarse de datos de otros satélites que pasan por su región de interés.
Otro producto disponible es Data Cosmos, una plataforma donde integra todos los datos de la Open Constellation y todos los datos satelitales públicos armonizados y se ponen a disposición de los clientes. «Es una forma eficaz de conseguir muchos datos y sobre todo que se desarrollen herramientas que permitan abordar mejor los retos finales de los usuarios».
Rafael Jordá fue galardonado con el Premio Princesa de Girona 2023
El precio está a años luz de cualquiera de los satélites de Airbus: de 3 a 8 millones frente a 200 o 300 millones. No son iguales, pero «la innovación de los sensores de Open Cosmos es tan elevada que para muchos casos de uso son más que suficiente», reivindica el 'cerebro' de la empresa.
¿Por qué gastar cuatro millones en satélites que duran cuatro años?
Jordá tuerce la boca y responde con otra pregunta implacable. «Los datos que este tipo de satélites recopilan tienen un potencial de ahorrar centenares de millones. No me gusta usar ejemplos, pero imagínate que hubiéramos tenido información satelital de lo que estaba pasando cuando sucedió la dana en Valencia y que esa información fuera pública y de acceso inmediato para todo el mundo, y que durante las dos semanas después de la catástrofe hubiera habido mapas, cartografía clara de por dónde entrar la maquinaria, desde dónde actuar, y que esa información estuviera al acceso de los ciudadanos y los gobiernos. ¿Qué son cuatro millones si lo piensas desde esa perspectiva?».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete