Éxito del lanzamiento de la primera misión privada a la Luna

El cohete Vulcan Centaur salió puntual desde Cabo Cañaveral este lunes, si bien no llegará a su destino al menos hasta el 23 de febrero

La primera misión privada a la Luna despega el lunes con polémica: acusaciones de «profanación» por portar cenizas humanas

El cohete de ULA durante el lanzamiento en Cabo Cañaveral reuters

Las apuestas estaban en todo lo alto. Por primera vez, el cohete Vulcan Centaur, de la compañía United Launch Alliance (ULA), debía surcar los cielos no solo llegando hasta la órbita baja de la Tierra, sino situándose más allá, colocando a su carga de camino ... hacia la Luna. Tampoco era baladí su cargamento: en su interior, el alunizador Peregrine, creado por la compañía Astrobotic para ser la primera nave privada en posarse sobre nuestro satélite.

Y aún había más en juego: dentro de la sonda, instrumentación científica de la NASA, de la agencia espacial alemana e incluso de su homóloga mexicana, además de otro tipo de carga privada que, que contenía desde muestras de ADN de tres expresidentes de EE.UU. a polémicas cenizas de personas relacionadas con la serie de televisión 'Star Trek'. Incluso un bitcoin.

Con puntualidad británica, el Vulcan Centaur propulsado por dos motores BE-4 de Blue Origin y su carga se elevaron en el cielo a las 2.18 hora local de la despejada madrugada en Cabo Cañaveral (8.18 en España). Pero el equipo contuvo la respiración hasta que casi una hora después (a las 3.09 en Florida, 8.09 de la mañana en España) la primera etapa del Vulcan Centaur puso de camino a la órbita terrestre a la nave Peregrine, que inicia su camino sola, Aplausos en la sala de control y y vítores para celebrar el éxito de ULA, que en los últimos tiempos y debido a los retrasos (el Vulcan Centaur lleva ideándose más de década y media), ha atravesado severas crisis financieras y de credibilidad.

«Estoy tan emocionado que no puedo decir cuánto", señaló Tory Bruno, presidente y director de ULA justo después de que Peregrine se implementara con éxito. «Hemos esperado mucho tiempo hasta este momento, pero finalmente ha llegado».

Ahora, si todo va según lo previsto, en algo menos de dos semanas, Peregrine alcanzará la órbita lunar. Allí aguardará hasta que las condiciones sean óptimas para el alunizaje en Sinus Viscositatis (que se puede traducir en algo así como 'Bahía de la Viscosidad'), al noroeste de la cara oculta de nuestro satélite. El primer intento se producirá, si todo va según el calendario, el próximo 23 de febrero.

Todo lo que estaba en juego en el lanzamiento

A pesar de que Vulcan Centaur (cuya tecnología bebe de los exitosos cohetes Atlas V y Delta IV de ULA) luce sus impresionantes casi 62 metros de altura sobre la rampa de despegue, no se trata del lanzador más potente del mercado. Sin embargo, sí podría remover los cimientos del sector espacial, ahora mismo liderado por SpaceX y sus Falcon reutilizables, proporcionando lanzamientos regulares incluso más allá de la órbita terrestre a un coste menor que sus competidores. Quizá por eso la exigencia del vuelo inaugural ideado por ULA, el conglomerado creado por Lockheed Martin Corporation y Boeing para unir fuerzas y hacer frente común en un sector cada vez más determinante.

Por su parte, la start-up Astrobotic se juega pasar a la historia como la primera compañía privada en aterrizar en la Luna. No es la primera empresa que lo intenta: la japonesa ispace lanzó la sonda Hakuto-R el pasado mes de abril y la nave israelí Beresheet, financiada totalmente con capital privado, probó en 2019. Ambas consiguieron despegar, pero las dos acabaron estrelladas contra el regolito lunar.

Las empresas privadas entran en el juego espacial

Con el cohete Vulcan Centaur también viajaba el ADN de cuatro presidentes de EE.UU. (en concreto, cabellos de George Washington, Dwight D. Eisenhower y John F. Kennedy de una colección privada) y restos humanos de Greg Jein, el mago de los efectos visuales que creó muchos modelos de la serie 'Star Trek', y de su productor, Robert H. Justman, conocido como la mano derecha de Gene Rodenberry, el director de la famosa saga.

Detrás de esta curiosa carga se encuentra Celestis, una empresa que ofrece periódicamente lanzamientos de cenizas a la órbita baja de la Tierra, pero que con esta misión intentará llegar más allá, al espacio profundo. Este cargamento ha levantado ampollas e incluso ha motivado una queja del Pueblo Navajo por considerar que se está «profanando» la Luna.

Al contrario que la carga de Celestis, que se quedará flotando en el sistema Luna-Tierra y que periódicamente acabará orbitando alrededor del Sol, la sonda Peregrine sí está programada para posarse en nuestro satélite. Esta nave es el esfuerzo de Astrobotic, una de las compañías elegidas por la NASA para la iniciativa Commercial Lunar Payload Services (CLPS), creada como una forma de 'subcontratación' en la que empresas privadas idean las sondas lunares de carga con inversión de la agencia espacial estadounidense, si bien son las empresas quienes operan los vuelos.

Es, a pequeña escala, lo que ocurre con gigantes como SpaceX, cuya nave Crew Dragon hace de medio de transporte para los astronautas de la NASA a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), además de para vuelos para otras agencias y empresas privadas.

Además, Peregrine transporta cinco instrumentos de la NASA que serán claves en el desarrollo del Programa Artemis, el esfuerzo de la agencia espacial estadounidense por regresar tripulaciones a la Luna y establecer bases permanentes en nuestro satélite. En concreto, la sonda contiene varios espectrómetros para conocer las condiciones y el ambiente de cara a futuras estancias allí; así como reflectores lunares, una suerte de 'espejos' sobre una estructura de aluminio que, al apuntarse con un láser, permiten determinar con exactitud la distancia desde cualquier nave espacial en órbita o durante el alunizaje.

Si bien el lanzamiento significa un rotundo éxito para ULA y un espaldarazo hacia su irrupción en el panorama de lanzamientos espaciales liderado por el 'todopoderoso' Elon Musk con SpaceX, ahora todas las miradas están puestas en la sonda Peregrine y la tecnología de Astrobotic. La primera prueba de fuego la tendrá en 12 días, cuando la sonda ingrese en la órbita lunar. Pero el gran reto será demostrar que puede alunizar (momento previsto para el 23 de febrero) y triunfar donde los demás acabaron estrellados.

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