El despegue de la misión Juice, que visitará las lunas heladas de Júpiter, se retrasa al menos 24 horas por el mal tiempo
La Agencia Espacial Europea y la empresa Ariane Space han tomado la decisión diez minutos antes del lanzamiento debido a «riesgo de rayos»
El despegue tiene una ventana de un solo segundo al día durante un mes, por lo que el inicio de la misión podría retrasarse
La misión Juice despega para saber si las lunas de Júpiter pueden ser habitables
El lanzamiento de la Juice, la misión que visitará por primera vez las lunas heladas de Júpiter Ganímedes, Europa y Calisto se retrasa al menos 24 horas. La Agencia Espacial Europea (ESA), organismo responsable del proyecto, y la empresa que opera el cohete en ... el que viajará la sonda, Ariane Space, han tomado esta decisión debido al mal tiempo registrado en Kourou (Guayana francesa), donde se encuentra la plataforma de lanzamiento.
«El vuelo VA260 de hoy se retrasó debido a las condiciones climáticas (riesgo por rayos) a la hora de despegue programada desde el puerto espacial europeo en la Guayana Francesa», ha escrito Ariane Space desde su cuenta en redes sociales. «El vehículo de lanzamiento Ariane 5 y su pasajero JUICE se encuentran en condiciones estables y seguras».
Las predicciones climáticas para los siguientes días en Kourou no son muy alentadoras, ya que se esperan tormentas eléctricas durante toda la semana. La misión Juice tiene una ventana de lanzamiento de un mes, por lo que el despegue podría demorarse hasta mediados del mes de mayo. Sin embargo, por motivos de ahorro de combustible, la maniobra solo puede ocurrir en un segundo concreto a las 14.14 (hora española), si bien el equipo ha conseguido ampliar el margen de operaciones algo más para absorber posibles retrasos.
"Tratamos de que los planetas estén alineados en el lanzamiento, o las maniobras de asistencia por gravedad para llegar a Júpiter con el mínimo de las tres toneladas y media de combustible", explicó a Space.com Justin Byrne, jefe de Programas Científicos de Airbus Defence and Space, compañía tambien involucrada en el proyecto. "Así que tenemos una ventana de lanzamiento de un segundo para poner a Juice en la órbita correcta".
Tres de noventa y tres
Júpiter cuenta con 93 satélites conocidos, entre los que destacan los cuatro satélites galileanos, nombrados en honor a Galileo, su descubridor. Se trata de Ío, Europa, Ganímedes y Calisto que, junto con el tenue anillo de Júpiter y un trío de lunas pequeñas (Amaltea, Metis y Tebe), forman una suerte de 'minisistema solar', con órbitas circulares y planas con respecto al ecuador del planeta.
Tras un viaje de ocho años y ayudada por la gravedad de la Tierra, la Luna y Venus, la misión Juice analizará Ganímedes, Calisto y Europa con un poderoso conjunto de instrumentos de teledetección, geofísicos e in situ para descubrir si estos mundos son potencialmente habitables. Además, la sonda analizará en profundidad el complejo entorno magnético, de radiación y de plasma de Júpiter y su interacción con las lunas, estudiando el sistema como un modelo para los sistemas de gigantes gaseosos en todo el Universo.
Sus responsables señalan que Juice se enfrentará a retos a los que ninguna otra misión europea jamás a encarado: por ejemplo, la luz solar recogida por sus paneles solares será 25 veces más débil que la que puede recogerse cuando se orbita la Tierra. Las inmensas distancias —de cientos de millones de kilómetros de la Tierra— requieren una gran antena de 2.5 metros de diámetro a bordo que garantice velocidades de transmisión suficientes para la descarga de datos científicos.
«Es uno de los objetos espaciales más complejos jamás enviados hacia el sistema solar externo», subrayó el director general de la ESA Josef Aschbacher. Concebida por Airbus, Juice lleva diez instrumentos científicos (cámara óptica, espectrómetro de imaginería, radar, altímetro, magnetómetro...), protegidos de las temperaturas extremas por una cobertura de aislamiento de múltiples capas.
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La sonda está también equipada con inmensos paneles solares de 85 metros cuadrados para conservar la potencia en un ambiente donde la luz del sol es 25 veces más débil que en la Tierra. La llegada está prevista para julio de 2031.
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